21 noviembre, 2024

Gestión del Cambio Profesional.

Imagen proporcionada por ACMP Ecuador

Es importante diferenciar cambiar de gestionar el cambio. Lo primero hace referencia  al proceso de hacer algo diferente, modificar una condición existente o adoptar nuevas prácticas, en tanto que la gestión del cambio se refiere a utilizar un enfoque sistemático y planificado para dirigir y guiar a una organización a través de un proceso de cambio. 

Desde la perspectiva del enfoque, el cambio puede ser un acto espontáneo o una respuesta a una necesidad percibida sin necesariamente utilizar una planificación formal, en cambio el enfoque de la Gestión del Cambio Involucra la planificación, implementación y seguimiento cuidadoso de nuevas prácticas o estructuras organizativas.

Para dejarlo un poco más claro, a modo de ejemplo, un equipo puede cambiar su método de trabajo sin una estrategia formal detrás, simplemente adoptando una nueva forma de abordar las tareas. En tanto,  una empresa que implementa una nueva tecnología puede gestionar el cambio diseñando, implementando una estrategia y aplicando herramientas que utilicen el lenguaje apropiado para tener una comunicación clara y efectiva, elaborar programas formativos y entrenar habilidades en sus colaboradores, programar ajustes progresivos en sus sistemas de trabajo y condiciones ambientales para facilitar la transición.

Por otra parte, si consideramos la enorme cantidad de recursos involucrados al efectuar cambios organizacionales, tales como: tiempo de nuestros colaboradores; impactos en ventas en nuestros clientes; ajustes de costos en nuestras operaciones; incorporación de especialistas, herramientas y metodologías para fortalecer ciertos aspectos del proceso; actitudes de nuestro personal; imagen institucional; entre otros, considero sumamente importante guiar este proceso en forma profesional. A continuación les comparto un gráfico, obtenido del estándar para Gestionar Cambios de ACMP GLOBAL:  

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En este gráfico observamos, algo que todos hemos vivido, pero no siempre lo hemos comprendido, me refiero a qué para lograr instalar una nueva forma de trabajo o cualquier cambio importante en la Organización, debemos pasar por un período de transición costoso, algunos lo denominan la etapa de inversión inicial, que se traduce en que el desempeño esperado en vez de aumentar disminuye temporalmente. Es decir, pueden aumentar los gastos, incrementarse el esfuerzo, tener que afrontar resistencias de diferente tipo, acoso de nuestros competidores y más. La diferencia principal entre desarrollar proyectos de cambio sin un liderazgo profesional experto, puede redundar en que esta inversión sea mayor a la necesaria, se manejen de mala forma las expectativas y aumente incluso el riesgo de fracaso o abandono del proceso antes de “cosechar” los beneficios buscados, de igual forma puede aumentar los tiempos innecesariamente, es decir, hacer menos efectivo el proceso (perder eficiencia y perder efectividad).

Esta situación afecta a todo tipo de cambios, es decir, es válido independiente del País, Sector Económico, Tamaño de la Organización, Ambiente Cultural u otros factores.  Afortunadamente por lo mismo, es que en los últimos años hemos trabajado intensamente en consolidar metodologías, por ejemplo, el estándar de ACMP GLOBAL, y desarrollo de herramientas para efectuar evaluaciones, diagnósticos, y entrenamientos efectivos en quienes están involucrados directamente en estos procesos.

En siguientes artículos compartiré algunos resultados interesantes que hemos logrado en diferentes Organizaciones tanto públicas como privadas. 

¡El cambio es ahora! y ¡hay que hacerlo bien!.

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