Que te amaría tanto como te amo.
Todo fue diferente desde el principio.
Desde el primer instante que te vi, supe que te había esperado desde siempre.
Tuve la certeza que me otorga el conocimiento de mi realidad.
Nuestras memorias fueron escritas en historias diferentes.
Fuimos un convulsionado sueño.
Hoy tu ausencia me desangra en la desesperación de no tenerte.
Mi alma se desgarra mientras te pienso cada día.
Soy consciente que jamás regresarás.
Sin embargo; te extraño.
A veces río cuando recuerdo tu sonrisa y esa prisa que tenías por reír.
Otras, deambulo como el dueño de un soñar sombrío.
Muchas veces sin razón te me apareces.
Me lastima el espacio vacío que has dejado a mi lado.
Cada pensamiento te retorna con la fuerza imparable de un recuerdo.
Tu partida me partió;
Hoy vivo dos vidas.
Una es la representación de lo que soy.
En esta doy a cada uno lo que cada uno espera que le dé.
Otra es la agonía con melancolía que corroe mis entrañas.
Vivo muerte y vida al mismo tiempo.
Es un vivir muriendo porque muero viviendo.
Un callado diálogo con un eco enmudecido que responde con silencios.
Son vacíos que solo gritan soledades imposibles de llenar.
Hoy el alma se me parte; por primera vez no sé qué hacer.
Es improbable que leas esto.
No es posible que comprendas lo que fuiste para mí.
Ahora que no estás es cuando más lo sé.
Has sido mi única, mi última, mi todo.