El 5 de febrero de 2024, mediante Sentencia No. 67-23-IN/24; actuando como juez ponente el vocal Enrique Herrería Bonet, y con el voto de mayoría de 7 de sus 9 miembros, la Corte Constitucional, arrogándose una vez mas, competencias exclusivas del poder legislativo y ordenando a través de plazos a la asamblea, despenalizó la comisión del delito de la eutanasia, establecido en el Art.- 144 del Código Orgánico Integral Penal, resultando ser este aberrante caso, una fiel copia de lo que viene haciendo el referido cuerpo colegiado; esto es, la “Ley del aborto en casos de violación”, así como dentro de la referida ley resolvieron sobre “el desconocimiento del derecho de los médicos a actuar bajo objeción de conciencia”, obligándolos a cometer el crimen de cegar una vida humana dentro del vientre materno, así como a permitir la venta de los órganos del niño cruelmente asesinado, etc.
En dicho, execrable documento de 79 carillas, una vez más, apenas 7 ciudadanos (vocales de esa Corte) deciden en favor de la muerte, irónicamente a nombre y representación de aproximadamente 19 millones de ecuatorianos.
En este punto quiero aprovechar el momento para reiterar mi profundo respeto y rendir caluroso homenaje a las valientes juezas Teresa Nuques Martínez y Carmen Corral Ponce, quienes; como en los casos anteriores, salvaron su voto de manera OJETIVA, SENSIBLE Y CONSTITUCIONAL.
A través de tan desquiciada trama, los referidos vocales de mayoría, han utilizado irónicamente términos tales como: “DERECHO A MORIR CON DIGNIDAD”, priorizando así la cultura de la muerte y esquivando premeditadamente y de soslayo, su mirada a los principios establecidos en la constitución.
Quiero; una vez más, denunciar públicamente que toda esta perversa trama, misma que es una especie de herejía constitucional, puesto que no es un simple accidente o capricho de los referidos funcionarios, sino mas bien que todo aquello responde a estructuras provenientes, hace rato, de una agenda de exterminio mundial, creada y controlada por las élites del nuevo orden mundial, grises autores de la denominada “Agenda 2030”.
Estimado lector, para poder entender e interpretar mejor este gravísimo problema, solo basta con remitirse a los preceptos establecidos en la constitución, cuyos principios, de claros, mandatorios e inequívocos contenidos, respecto de garantizar el derecho a la vida de los seres humanos desde la concepción; esto es, HASTA SU MUERTE NATURAL, así como leyes conexas y leyes internacionales; privilegian y garantizan UN UNICO DERECHO, y este es, EL DERECHO A LA VIDA, así de claro y conceptual.
No existe por tanto derecho alguno que priorice la muerte. En lo personal, lamento mucho el caso clínico de la demandante ante la Corte Constitucional, la señora Paola Roldan. Sólo de imaginar su potencial sufrimiento junto a sus seres queridos, “aquello me pone los pelos de punta”.
Debemos, por tanto, ir mas allá de un simple comentario, a obviamente ejecutar un frontal rechazo a tal artera sentencia. Advierto respetuosamente a cada compatriota que; repito, toda esta aterradora circunstancia es una inmensa puerta abierta para convertir al crimen del aborto, así como a las infames pretensiones que reiterativamente se estructuran en favor de la cultura de la muerte, lo disfrazan perversamente de falsos derechos y supuesta dignidad.
NO CALLES…!!!! , piensa en el mundo que le estas legando a tus hijos, y los que tus hijos legaran a tus nietos.
Si eres cristiano o no, si crees o no en Dios, y privilegias el único, digno, verdadero y elemental derecho a la vida, involúcrate y lucha por aquellos principios que realmente, ¡¡¡¡¡eso si…!!!! , dignifican al ser humano.
Emula y lleva a la praxis, aquella hermosa y lapidaria frase de Edmund Burke:
“Que resulta ser más malo, la maldad de los malos…o el silencio de los buenos…”
“No destruyas ni atentes contra la vida de tus semejantes…observa en la especie animal, la praxis del respeto y protección a la vida de su prole… La dignidad es una noble cualidad que te da la oportunidad de ser honrado, respetable, noble, honesto, integro, decente…y no te convierte en un asesino, involuntario o no, de tus semejantes…” (Raúl Ramírez)
Pero mi estimado amigo, no le parece que la señora Paola Roldán está sufriendo en vida todos los males de su enfermedad incurable y que solamente puede hablar. No merece morir con dignidad para que ella también descanse en paz?
Señor Dueñas: Soy un total convencido de que debemos ser respetuosos de los criterios de las personas, reservándonos además el derecho de no compartirlos.
Por supuesto que entiendo, me estremece e imagino el incalculable sufrimiento físico y emocional de la señora Roldan; sumado esto tristemente al dolor que experimenta su familia.
El problema, en este caso, es que convivimos dentro de estructuras y normas jurídicas establecidas en la constitución y la ley, que como tal son principios que resultan ser de carácter mandatorio. Esto, adicionado a los comportamientos de los operadores de justicia y de cada ciudadano, en virtud de garantizar, priorizar y respetar el derecho a la vida desde su concepción, así como el de garantizar la inviolabilidad de la misma.
Por lo que, la actual constitución está concebida bajo niveles convivenciales garantistas, de lo cual en ninguna de sus partes se desprende que la muerte se constituye en derecho alguno; pero que sin embargo todos y cada uno de esos inalienables derechos, vienen reiterativamente siendo menoscabados y vulnerados; precisamente y en este caso, por parte de quienes son legalmente y moralmente llamados a respetarlos (Me refiero a los miembros de la Corte Constitucional), quienes desconocen premeditadamente que; tal cual el caso que nos ocupa, el único derecho consagrado en la constitución, es el derecho a la vida, NO A LA MUERTE.
Aclaro que soy Cristiano hasta la medula, más no fanático religioso; por lo que los fundamentos de mi artículo, están sustentados de manera expresa, bajo claros conceptos y principios constitucionales y legales. Saludos.
Tema harto complejo. No imagino estar en los zapatos de sus íntimos familiares. Es un asunto de conciencia difícil de encajar en la ley.
«Aquello me pone los pelos de punta», hecha abajo todo el contenido de su escrito señor Ramírez.
Porque más bien no escribe un artículo rabioso como parece que es usted, sobre los asesinatos a sangre fría que cometen las bandas criminales, y ahí si, cuando alguno es capturado por el ejército o la policía, alzan el grito al infinito sobre los Derechos Humanos.
Señor Vargas: He realizado muchos esfuerzos a fin de entender sus comentarios, pero no me ha sido posible. Ademas, usted me tacha de «rabioso», siendo èstas caracteristicas de salud, propias de los perros, gatos, etc. Espero que para la pròxima vez, de ser el caso, sea mas respetuoso y objetivo.
Despenalizar no me parece. Cada uno tiene conciencia y discernimento. Si quiere acabar con su vida, y así lo desea puede hacerlo. No necesita permiso de nadie.