3 diciembre, 2024

Diplomacia de cristal

“En las Relaciones Internacionales no existen amigos permanentes, sino intereses permanentes”.

Esta frase es pertinente para describir la esencia de la Diplomacia y que el Ecuador, una vez más, en su accidentada historia en el manejo de la Política Exterior es víctima, producto del desconocimiento del manejo de la diplomacia, y la poca o nula experiencia de los cancilleres de turno. Y de esto tenemos de sobra, como por ejemplo la larga historia de tratados que permitieron el desmembramiento territorial que tuvo como epílogo el Protocolo de Rio de Janeiro de 1942 o eventos conflictivos como los bombardeos de Angostura del año 2008 donde llevaron la relaciones con Colombia a puntos muy álgidos que lesionaron considerablemente la política exterior con nuestro vecino del norte.

Hoy tenemos nuevamente un escenario de tensión de nuestras relaciones internacionales, esta vez con un importante aliado comercial: RUSIA. Y para entender el origen del conflicto debemos conocer el contexto. Desde el mes de enero del 2023 durante el gobierno de Guillermo Lasso, se empezó a buscar el apoyo de EEUU para el fortalecimiento de la infraestructura militar ecuatoriana. Lo que se estaba negociando era el intercambio “chatarra ucraniana y rusa por 200 millones de dólares en equipamiento moderno”, acuerdo ratificado por el actual Presidente Daniel Noboa. Esto fue recibido por el Kremlin como un gesto hostil por parte de nuestro país ya que, a decir del embajador ruso en Ecuador, el envío de esta supuesta chatarra sería una contribución al conflicto que enfrenta Rusia con Ucrania donde el principal aliado de estos últimos es nada más y nada menos que EEUU, violando así la posición adoptada por el estado ecuatoriano de neutralidad y la búsqueda de la mediación para la pacífica resolución del conflicto por medios diplomáticos que mantienen a estos países en estado de Guerra. En respuesta, Rusia nos da donde más nos duele, en el bolsillo, so pretexto de una supuesta plaga encontrada en nuestro banano (Mosca Jorobada), se suspende las exportaciones de banano de cinco empresas ecuatorianas, lo que representa un 25% del volumen de exportaciones de la fruta hacia este país, que es nada menos que el principal destino del banano nacional. Estamos hablando de pérdidas por alrededor de USD 189 millones de dólares aproximadamente. Es menester recordar que Rusia es el sexto destino de las exportaciones con alrededor de 840 millones de dólares en productos de los cuales solo el banano representa 689 millones de dólares, el 82% de las exportaciones totales.

Ante este grave escenario que se ha configurado cabe la siguiente pregunta: ¿Cuáles son los intereses que como país que deben primar frente a este conflicto? Los de índole económico que sin lugar a dudas golpean no solo a la industria bananera sino también a todos los que intervienen directa e indirectamente en la producción (agricultores, comercializadoras, industrias agroquímicas, etc.). Los de índole geopolíticos en donde las grandes potencias buscan mantener posiciones hegemónicas frente a sus particulares intereses y donde el Ecuador ocupa un rol clientelar. O podemos traer a la palestra los intereses políticos que buscan a toda costa, incluso violando convenios internacionales y acuerdos previamente establecidos poniendo así en riesgo la estabilidad de las relaciones internacionales, a fin de posicionar acciones gubernamentales a fin de garantizar una reelección en el 2025. Definitivamente el gobierno ecuatoriano se ha puesto en una encrucijada en donde el bienestar de los ecuatorianos está en juego.

El costo de la improvisación puede ser muy alto y es por ello que urge adoptar decisiones inteligentes donde se priorice el interés de todo el pueblo ecuatoriano. Como ecuatoriano espero que el gobierno nacional procure estudiar la actual controversia con una visión pragmática entre lo necesario y lo urgente, a fin de zanjar eficientemente el impase generado con los rusos. No olvidemos que en relaciones internacionales: ¡No hay Amigos, sólo intereses!



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