21 noviembre, 2024

Transplantes fecales

En el muy entretenido libro, lleno de anécdotas y datos curiosos  ”Historia Universal Freak” escrito por Joaquín Barañao y  cuya lectura recomiendo, me enteré del procedimiento médico de introducir bacterias sanas que matan  a las enfermas inyectando heces de un donante. El procedimiento   consiste en transferir el tormentoso excremento   al colon de un paciente doliente para restaurarlo. 

Este procedimiento ya se utilizaba en el Siglo IV en China como tratamiento en casos graves de intoxicación alimentaria y diarreas, se conocía como “Sopa amarilla”. 

Los microbios  colonizan casi todas las superficies de nuestro cuerpo, pero hay una bacteria llamada  C. difficile, que puede ser fatal y de forma facile  tomar control y dominar el territorio intestinal,  un microorganismo oportunista  aparece  después de que los pacientes han recibido un tratamiento con antibióticos,  uno de los milagros de la era moderna, pero matan tanto a las bacterias malas como a las buenas.

Se ha vinculado esta enfermedad intestinal  a la diabetes, al Parkinson,  la depresión, el autismo y  de ayuda para que los medicamentos contra el cáncer son eficaces.

Se utilizan las heces preferiblemente de algún allegado del paciente, digamos el cagón de la familia, el donante no tiene necesariamente que ser un bicosis  nais, bicosis jansom, o somsing  incredibel   sino simplemente sano. Hoy en día se orienta más hacia las heces de donantes universales, quienes pueden tener un ingreso superior a los diez mil dólares anuales solo por sentarse en el retrete y recogerlo.  Los bancos de heces se encargan de seleccionar donantes y almacenar tratamientos procesados que ponen a disposición de hospitales y centros de salud.

Un proyecto de ley de urgencia económica presentado por Noboa para convertir a la asamblea en un banco de heces cuyos ingresos podrían acabar con el déficit fiscal, fue rechazado por la OMS debido a su considerable contaminación. Una operación de trasplante de heces tiene un coste de US $ 750.00 dólares.

Ya es posible hacer que un ratón adelgace o engorde mediante el trasplante de deposiciones de una persona delgada u obesa, pero todavía no se ha determinado si eso mismo ocurre entre humanos. Si usted es una persona obesa consiga un pariente flaco y pídale de favor un trasplante de caca.

Ecuador no ha quedado rezagado en cuanto al trasplante de heces fecales, ocurre cada cuatro años que se nombran presidentes, asambleístas, jueces, magistrados, pero como todo aquí se hace al revés, el donante nunca es sano, el trasplante se produce de personas íntegramente infectadas de caca a personas sanas que apenas se posesionan del cargo  se contagian de excrementos por todos lados y ya en ese ambiente expedito  se producen las bacterias típicas de la política como la corrupción, la narcocracia, la compra de conciencias.  

Hay quienes han hecho trasplantes fecales por influjo psíquico a jóvenes con desperfectos cognitivos.

Les he dado tema de conversación para la próxima reunión con sus amigos, porque pronto ya no se dirá ¿Cómo está tu salud?  sino ¿Cómo está tu caca? 

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El cuento del loro belicoso que llego a mi correo y anda circulando por ahí

Había una vez un loro muy vistoso que vivía en el reino de bananolandia.

Era alto y de plumaje verde, así como verde también lo eran sus ojos. Joven, sonriente y carismático, destronó al rey de la selva, al que le decían el dueño de la jungla y era un león que fumaba mucho y tenía huevos bien puestos. Los animales se impactaron con el pajarraco, quizás cansados de lo que ofrecían los mismos de siempre o porque era un plumífero desconocido.

Incansablemente cantaba, bailaba, era pico de oro y ofrecía el animalismo del siglo XXl como la solución a todos los males de la selva. Por eso los faunos creyeron en el cambio que la cotorra ofrecía. El loro hablaba sin parar y siempre decía sin pensar lo primero que salía por su lengua. Era conflictivo y como tenía profundos resentimientos por lo que había vivido cuando era un lorito pequeñito, no sabía ni podía callar y comenzó a dar rienda suelta a sus complejos y resentimientos, con el propósito de pelearse contra los animales que anteriormente habían gobernado la jungla.

Para ese entonces hubo elecciones en la selva.

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