Bernardo Jaramillo un abogado , escritor de libros de derecho, mejoramiento personal y libros publicados como El poder de la Palabra, Guías del compañero Masón, Procedimientos parlamentarios,etc nos comparte en su ultimo libro EL PODER DE LA VIDA un artículo que me parece extraordinario la expansión de la conciencia y en este libro hay un capítulo sobre los efectos del daño de los insultos y los menosprecios que se ven en la vida diaria en nuestra sociedad que ha perdido sus valores éticos y morales y vive en un mundo consumista donde prima la difamación y la impunidad en la mayoría de actos de la vida pública y privada
El escritor en mención que también tiene un magnífico espacio de Entrevistas en la Radio Católica Nacional con frecuencia y audiencia en la provincias de Pichincha, Manabí, El Oro, Imbabura y Santo Domingo de los Tsáchilas , donde fui invitado a una charla sobre Tramites del Seguro Social y las Reforma a los sistemas de Pensiones y de Salud y nos habla en esta oportunidad del poder de las palabras positivas y afirma.*
Qué tipo de humano que pretendas ser depende en su mayoría de cómo utilices el más grandioso de los regalos que Dios te dio: Tu habilidad para pensar y hablar.
Cada vez que le hablas a otra persona tienes una decisión que tomar: ¿Qué debo decirle a esta persona en este momento y cómo debo decirlo?
Una elección sabia y adecuada te elevará y le permitirá a la persona con la que estás hablando sentirse bien en el presente y la ayudará a construir la imagen de sí mismo.
Es un mal uso de este increíble regalo causarles a otras personas dolor con tus palabras. La Kabbalah dice que es peor causar dolor con palabras que perjudicar financieramente a otra persona.
¿Por qué? El dinero puede devolverse. Las palabras, una vez dichas, nunca pueden retractarse.
El daño y perjuicio de los insultos y los menosprecios pueden durar toda la vida.
Cuando insultas a alguien y le causas angustia con tus palabras, estás atacando la dignidad de la otra persona. El nivel más alto de bondad es construir la imagen de sí mismo del otro. Por la misma razón, el peor crimen es robarle a alguien su autoestima y dañar su imagen de sí mismo.
La mayoría de las personas no están completamente consientes del gran daño que causan cuando hacen afirmaciones destructivas y desmoralizadoras y hieren a otros con palabras ofensivas e irrespetuosas. Es tan fácil hacer comentarios contraproducentes y hacer preguntas no constructivas. Hay muchos tipos de afirmaciones negativas sutiles.
Muy pocas personas son verdaderamente malas y sádicas. Pero todo el mundo se frustra e incluso se enoja a veces. Estos sentimientos son terreno fértil para comentarios que hieren y causan dolor.
Pregúntale a cualquier consejero o terapeuta y escucharas acerca del gran daño causado a niños que fueron insultados por sus padres o maestros, hermanos y pares, amigos y vecinos. Las cicatrices invisibles de palabras hirientes causan dolor y angustia, una y otra vez.
Pregúntale a cualquier consejero marital y escucharas del mutuo daño y dolor causado a esposos y esposas por las dolorosas afirmaciones que fueron dichas por frustración y enojo.
Incluso las personas más buenas hablan de formas que no deberían cuando están de mal humor. Debes haber escuchado las personas toxicas, es un ejemplo clásico de la perdida de amor propio autestima y resiliencia que trae serios problemas o violencia familiar
¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN PARA ESTE PROBLEMA DE PROPORCIONES EPIDÉMICAS?
Todos debemos adquirir una mayor conciencia de lo que en realidad estamos diciendo.
Nuestros estados emocionales tienen un impacto tremendo en lo que decimos y en cómo lo decimos. Toma conciencia de que:
- Cuando estamos hambrientos y cansados, tenemos que ser especialmente cuidadosos con cómo hablamos.
- Cuando nos sentimos frustrados en una interacción con alguien, debemos ser cuidadosos de evitar hacer comentarios sarcástico.s en especial cuando se difama sin pruebas
- Cuando estamos enojados con alguien y tenemos ganas de hacerle saber cómo nos sentimos, necesitamos utilizar el autocontrol necesario para hablar de una forma que exprese nuestras preocupaciones reales sin menospreciar o avergonzar a la otra persona.
- Cuando estamos en una discusión con alguien, debemos recordar mantenernos calmados y centrados y continuamente hablar de formas que son una expresión de respeto mutuo.
- El punto más importante ¡y el más difícil!) de recordar es: «¡Piensa antes de hablar!».