22 noviembre, 2024

Las primeras damas

Es muy importante en el Ecuador el rol de “las Primeras Damas”, nombre con el que se conoce a las esposas de los Presidentes, durante el ejercicio de sus cargos. El INNFA, (Instituto Nacional del Niño y la Familia), es el organismo a través del cual actuaban en favor de las familias pobres y de la protección de las madres y niñas en situación de riesgo.

El Presidente José María Velasco Ibarra (+), no tuvo hijos, pero su esposa Corina del Parral, amaba mucho a los niños y trabajó mucho en favor de ellos.

Varias esposas de los ex presidentes ecuatorianos se preocuparon mucho por la niñez y por las mujeres en situación de riesgo. Algunas de ellas, por vivir en la ciudad de Quito, delegaban esta función a personas entendidas y capaces de asumir el rol que a ellas les correspondía, otras asumieron dicha labor casi personalmente para brindarles a aquellas mujeres y niños el cariño y la protección que necesitaban.

El Dr. Mahuad se divorció de su esposa, entonces le delegó a su hija, tal labor, que la cumplió a cabalidad.

QUITO. Rafael Correa y su esposa Anne Malherbe.

El ex Presidente Rafael Correa, cuando asumió el poder, anunció que no habría Primera Dama y el país no contó con una Primera Dama durante los 10 años que gobernó el país. La señora del ex Presidente Correa, es de nacionalidad Belga y nunca asistía a ningún evento público, más le interesaba estar cerca de sus dos hijas, que estudiaban en Francia. Cuando llegó el Papa Francisco al Ecuador por primera vez estuvo, en la alfombra roja, para recibirlo, pero vestida informalmente, como si llegase un amigo compatriota.

En el Gobierno del ex Presidente Moreno, los minusválidos lograron un sueldo básico, para que sus madres que los cuidaban y no podían trabajar, contaran con ese apoyo del Estado ecuatoriano.

La esposa del Lic. Lenin Moreno, durante su mandato, su esposa dirigía una Fundación sin fines de lucro, en bien de los minusválidos, toda vez que su marido, era en realidad minusválido y conocía de tales cuidados.

La esposa del Presidente Lasso, cuyo período presidencial, fue tan corto e irregular, no creo que haya tenido tiempo de realizar su cometido como Primera Dama, más bien estuvo muy al lado de su esposo, que también de alguna manera era un minusválido, por un daño en su columna vertebral, causado por una caída al tropezar con una piedra en el camino durante una procesión en España. Pese a las varias operaciones, en España y en los EE.UU. (USA), nunca volvió a caminar como cuando caminaba antes de dicha caída.

La esposa del actual Presidente Daniel Noboa Azín, acaba de regresar de los EE.UU., donde fue a visitar a la esposa del Presidente Biden para que le apoye con la creación de un Instituto, en favor de las mujeres y adolescentes femeninas que sufren acoso y/o maltratos de sus cónyuges, familiares o vecinos.

Entiendo que tuvo el apoyo de la primera Dama Norteamericana y ya de regreso al país, se las arregla para apoyar a su esposo y para cuidar de su bebé recién nacido y contribuir con los temas sociales de su gobierno.

Bien por las Primeras Damas ecuatorianas que cumplieron con su papel, mal por aquellas que rehusaron hacerlo.

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Alfredo Escala Maccaferri

Antonio Machado, el genial poeta español, decía en uno de sus versos: “Caminante no hay camino, se hace el camino al andar”, queriendo significar que el ser humano no viene al mundo con una ruta trazada sino que le toca hacerla. Algunos pierden el sendero al dejarse llevar de las pasiones o buscar única y exclusivamente el propio interés. Esos viajeros de la existencia pueden tener éxito momentáneo, pero, al no dejar ningún legado espiritual, poco a poco se pierde el recuerdo de sus existencias. Otros, en cambio, ponen lo mejor de sí en ir burilando una serie de obras en beneficio de sus semejantes. Cuando la labor no solo se refiere a una sola faceta, el beneficio social para sus semejantes es mucho mayor. Ejemplo de un hombre de múltiples méritos fue el Doctor Alfredo Escala Maccaferri quien falleció en esta ciudad en medio de la consternación de quienes lo conocimos y apreciamos al médico estudioso, bien intencionado e idealista que siempre fue.

Alfredo, venía profesando con singular conocimiento la ciencia de la medicina, cumpliendo con el juramento Hipocrático, siempre conservando la calma haciendo que su conducta inspire confianza al paciente. Discípulo de Galeno, Ambrose Paré, Miguel Servet, Pasteur y Lister había ganado para la profesión médica una alta reputación por sus conocimientos y por la importancia que le daba al aspecto ético.

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