21 noviembre, 2024

Ecuador: Un enfermo en etapa terminal

Incertidumbre, ese es el sentimiento que hoy embarga a los ecuatorianos que ven como sus esperanzas por encontrar empleo digno y seguridad, se ven diluidas al presenciar la profunda descomposición política, judicial y social en la cual se encuentra sumida nuestra sociedad.

Titulares desgarradores como el presentado por el Ministerio del Trabajo donde 80000 ecuatorianos se quedaron sin trabajo en menos de dos meses, siendo las provincias de Guayas y Pichincha donde se concentran el mayor número de desempleados entre Enero y Febrero del presente año.

Sectores deprimidos de la economía ecuatoriana como el sector agrícola, ganadero, pesca y construcción, viven esta difícil realidad que golpea a las familias ecuatorianas que día a día pierden la esperanza de construir un mejor
futuro en su tierra.

Y para muestra un botón: 38000 ecuatorianos han migrado en lo que va del 2024, lo que va configurando una nueva ola migratoria impulsada por la falta de seguridad, la extorsión y el secuestro que se han quintuplicado en lo que va del año y pese a estar bajo un estado de excepción, y los efectos colaterales que esto provoca, en detrimento de la actividad comercial de las grandes ciudades del país.

Detenidos en caso metástasis

Casos como “Metástasis” y “Purga”, que han dejado en evidencia la profunda descomposición del poder judicial, producto del narcotráfico y sus profundos tentáculos que se han enquistado en la gran mayoría de instituciones del estado, herencia de gobiernos criminales que actuaron a espaldas de las aspiraciones de los más de 17000000 millones de ecuatorianos, dejando en evidencia sus verdaderas motivaciones y que hoy buscan a toda costa IMPUNIDAD.

Y los partidos políticos no se quedan exentos del repudio ciudadano: Los casos presentados por la fiscalía en donde se pone de manifiesto la injerencia de actores políticos en presuntas asociaciones con el crimen organizado para la comisión de delitos, ponen en evidencia el divorcio que tienen estas organizaciones con las necesidades de la ciudadanía, priorizando sus amarres y componendas, promoviendo figuras que favorecen estos “acuerdos” y de los que hoy buscan “desmarcarse”.

El ecuatoriano de pie hoy siente repudio por la clase política, señalándola como la responsable del desastre que vive el país, donde los partidos políticos han dejado de representar los intereses populares, donde el lobby y los acuerdos económicos y políticos son más importantes que darles solución a los miles de desempleados que hoy luchan por sobrevivir, a los jóvenes que aún no pueden obtener un cupo para la educación pública y menos aún, una oportunidad real para poder laborar. Al comerciante que hoy tiene que luchar para poder vender sus mercancías, a pesar de incremento del IVA que, al contrario de algunos que dicen que esta medida no afecta a los más pobres, en las calles se siente la recesión, el cierre de negocios, la baja en las ventas afectando a familias vulnerables que no son visibilizadas por quienes, desde sus torres de marfil, no sienten el dolor que vive la sociedad en general.

Tal es la desconexión con la ciudadanía, que hoy plantean reformas a la seguridad social que ponen en peligro la estabilidad del IESS. Hasta el año 2023, la deuda del Estado al IESS estaba por sobre los $ 10.000 millones, incluyendo la deuda de salud y la del 40 % de pensiones.

Todo esto sin contar los ajustes que se avecinan (eliminación paulatina de subsidios) que va a tener que tomar el gobierno actual para paliar en gran medida el déficit fiscal que vienen arrastrando desde el gobierno de Lasso (cerca de 5000 millones de dólares) y las necesidades de financiamiento del actual presupuesto que se estima en más menos 8000 millones de dólares y que derivarán en una grave situación económica para la familia ecuatoriana que diariamente se las ingenia para sobrevivir.

¿Soluciones? ¿Cómo paliar la crisis? ¿Cómo vamos a cubrir nuestras necesidades básicas con este oscuro panorama?, son preguntas que el ciudadano de pie se hace y que esperan encontrar una respuesta clara, objetiva, con un liderazgo firme y sobretodo con acciones tangibles que permitan recuperar el optimismo y poder generar el efecto de UNIDAD NACIONAL. Ya el pueblo está harto de escuchar promesas vacías, o presenciar peleas estériles que en nada aportan a salir del marasmo en el que nos encontramos.

Estamos a las puertas de una consulta popular que esperemos aporte en el fortalecimiento de nuestro marco jurídico para poder combatir el crimen organizado con todo el peso del estado, y abra el debate para encontrar nuevas opciones relacionadas con la modalidad laboral, acorde a la realidad que vive el mercado, y que no sea regresiva en cuanto a los derechos de los trabajadores. La tarea no es sencilla, y los ciudadanos demandamos acciones eficaces, concretas y sobretodo, transparentes, que permita mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos. Solo así se puede invocar a la UNIDAD NACIONAL, con acciones y no con promesas vacías que estremecen el espíritu de los ecuatorianos de bien que merecemos vivir en un país de paz y de oportunidades.

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