Cuando era pequeña me encantaba ir al supermercado con mi mamá. Me emocionaba cada vez que de su boca salía un: “voy al super, ¿me acompañas?… Claro, yo aprovechaba. Me ponía mis mejores galas para ir al pasillo 8, caramelos y chocolates, pasillo 9, jugos, y, mi favorito, pasillo 5, donde estaban las papitas fritas y todos los procesados que tapan las arterias.
El carrito se llenaba con la mitad de mis cosas. Mi madre me hacía escoger entre los productos, pero yo me las ingeniaba para que todo pase por la registradora. Papá siempre se quejaba que la lista del super cada vez aumentaba de precio. Mami viraba los ojos y le respondía que ella no entendía por qué todo estaba tan caro.
La vida pasó, crecí, me casé, me reproduje, llego la bendición y definitivamente ir al super ya no es tan agradable. Ahora pienso que uno de los lugares donde la gente es más agresiva es el supermercado, también en los bancos. Las personas van sin tiempo a ponerse en filas eternas, mientras maldicen al que está adelante. He visto a señoras peleado por el mismo pepino, y ni se diga los vivarachos que se ponen en la caja de personas con discapacidad.
Esto puede sonar super odioso, pero también para muchos es un mega PLAN ir al super con toda la familia. ¡Maldición! padre, madre, y tres niños en un pasillo estrecho tratando de decidir que pan comprar. Al mismo tiempo, esto se vuelve una especie de pista de obstáculos donde con una falsa sonrisa, tengo que esquivar. Permiso, cuidado el niño, disculpe. Vayan al parque, pienso por dentro.
Hay otras cosas incomodas como toparnos con alguien que no nos cae muy bien en cada pasillo. ¿Será karmático? No termino de responderme esa pregunta. También estar con la peor facha y tropezar con tu ex. Ni se diga, si es que toca llevar a tu hijo que te tortura por esos nachos que le dijiste que no comprarías.
Pero la peor parte viene cuando nos toca pagar, ¡ah caramba! ¡es un remesón!, ya que esto solo nos demuestra que hemos crecido y que ya tenemos una mega responsabilidad. Pienso ¿cómo volver placentera la ida al supermercado? Ya sé… ¿Pidiendo todo por la aplicación? A muchas les ha funcionado, pero luego me acuerdo que soy muy piqui y no tan tecnológica. Me da un ataque si pido leche deslactosada y mi llega entera. Soy una quejona, no se diga más… Tengo otras virtudes.