Arden las raíces,
los pájaros reviven cantos ancestrales,
mi castigo sería no escribirte,
no juegues con el silencio,
porque ahí,
es donde más sofoca el ruido,
de encontrarme solo,
y está bien, así tiene que ser,
pero no me pidas que no escriba poemas,
poemas mios,
poemas de otros,
un poema es la luz,
el camino,
la tarea ardua de ser quien somos,
al intentar escribir.
Al terminar el poema se puede decir que tiene como nombre:
NO HACE FALTA AGREGAR MAS NADA