No me había olvidado de esta celebración. ¿Cómo podría olvidarme si en mi familia, han habido y aún los hay , excelentes educadores y formadores de la niñez y de la juventud.
La lista de educadores y de educadoras en el Ecuador es interminable. La labor de educación y formación de sus educandos no tiene precio, lo hicieron y lo hacen con amor y por amor a sus alumnos.
Todos, desde los más pequeñitos hasta los mayores, en mi caso, en los tres niveles educativos: primario, secundario y universitario, guardo de ellos el recuerdo y la gratitud de vida, por su esfuerzo diario, de su paciencia y de sus conocimientos transmitidos, no sólo a uno o dos o tres, era a la clase entera
Adicionalmente, en cada abuela, en cada madre y en cada hija,hay una forjadora y educadora de juventudes.
La humanidad, debería ser mejor, por la calidad de tales maestras/os, lamentablemente el sentimiento de poder y de dominación, obnubila los sentimientos humanos y florecen los peores sentimientos, contra aquellos que consideran sus enemigos políticos, surge la contrarréplica, que generalmente resulta peor que la embestida inicial. Las lecciones de los maestros, quedan atrás y priman el orgullo y el triunfalismo humano.
Pero, no hay guerra que no termine, ni pueblo que lo resista, aún cuando algunas en el pasado, duraron cien años. Cuando sólo queda la destrucción y el caos, entonces se acuerdan de los consejos de los maestros de siempre y se ponen a discutir sus contrapuestas, ideas para terminar con el caos y encontrar una posibilidad de paz, entre las partes en conflicto. Ecuador, podría ser un ejemplo de ello, territorialmente hablando, con respecto a sus vecinos fronterizos.
Por sus parte, los religiosos, curas o monjas, tienen para sí, la educación y formación, de niños/as, jóvenes y adultos,como taraea del día a día, como parte de sus labores permanentes.Sus enseñanzas y buenos consejos, perduran el resto de la vida, a quienes ellos/as educaron.
En el Magisterio ecuatoriano, entre profesores/as laicos, hay cientos de maestros/as, que permanecen en la memoria de sus educandos..
Considero que los educadores y formadores nacieron con la humanidad y terminaran con ella, son la única garantía de vida que nos queda en estos tiempos de tanta confusión y de destrucciones, donde las armas ya no son garantía de paz sino de destrucción masiva de pueblos, ciudades y ciudadanos que quedan desprovistos de lo más indispensable para subsistir.
Son los efectos de las guerras, desde las épocas más antiguas de la humanidad y pese a los siglos transcurridos, no hemos aprendido las lecciones, que dejan sus efectos mortíferos. Ya es hora de reflexionar muy en serio sobre estos enfrentamientos, nada convenientes para el convivir de los pueblos, en este nuestro único hogar, la tierra.
Finalmente, me quedo con la frase, del expresidente de Sudáfrica, el señor Nelson Mandela: “LA EDUCACIÓN, ES EL ARMA MÁS PODEROSA QUE PUEDES USAR PARA CAMBIAR EL MUNDO”.