7 septiembre, 2024

¿Existe una sociedad sin política?

Queremos establecer una inclinación universal hacia el bien
– Saint-Just

Difícil por no decir imposible que  la política no haga presencia en una sociedad.  ¿No es que la propia organización de la sociedad como tal es un suceso político?. O sea, un suceso en que  los individuos y las instituciones,   obligadamente,  se entienden por leyes y valores ideológicos. Entendimiento, claro está, que evita  sino aminora el caos social que pueda promoverse en su ausencia. Pero, tal vez, superior a todo como explicó Camus, es que los hombres logren comprenderse por el afecto.  Comprensión que sería vivir en plenitud de la fraternidad…

Como que la propuesta de Saint-Just de querer establecer que la sociedad mundial, como un todo, se incline hacia el bien es más, mucho más que la práctica de un idóneo  sistema jurídico. Pues que este no pasará de aplicar los recursos legales para mantener la estructura social, con todos los prejuicios y perjuicios contra sus integrantes. La política en el ayer como ahora solo ha servido, por desgracia, para que la insensatez marque el autoritarismo de los grandes intereses, sin mayores beneficios para las multitudes… 

Solo las migajas del poder están destinadas al vivir cierto de las masas sociales. Migajas que, incluso, no alcanzan para que estas masas puedan establecer  un objetivo con un destino de realización. ¿Cómo podrían si ni siquiera están conscientes de integrar, de forma válida, la estructura social en que  subsisten? Solo la política es la llamada para que, en la sociedad, las multitudes puedan proclamar su razón de ser  y evitar ser anuladas.  Por demás sería, quizás,  ya decirlo,  sin política es imposible una sociedad…

 

Artículos relacionados

El Palo del Gallinero

La situación de “Palo de Gallinero” es abreviatura del modelo que practican los políticos.

Consiste en treparse lo más alto posible para cagarse en los demás, resultando que los de abajo reciben toda la caca. Un ser lógico se da cuenta que el excremento en la cabeza tiene que venir de arriba; pero paga el de abajo, bien dicho por Pablo Neruda: “El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan.”
Hay un largo y táctico adiós de un político que cuentea sobre la filantropía, que en cualquier acción o decisión persigue un fin. Se despide a cada rato sin ir a ninguna parte y cree que escala peldaños.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×