El concepto de república nació en Roma en el 509 a. C.; se lo definió como un gobierno en el que los ciudadanos elegían representantes para gobernar en su nombre. Los próceres de la independencia de Estados Unidos, llamados Padres Fundadores, entre ellos, Adams, Madison y Jefferson, discutieron interminablemente sobre el significado de república; la definieron como una forma de gobierno en el que el pueblo elige a sus líderes. En la mayoría de los países con un gobierno republicano, el pueblo elige al jefe de gobierno, como por ejemplo el presidente. También eligen a otras personas, llamadas representantes, para redactar las leyes. Exactamente sucedió con la Independencia de Guayaquil, se eligió a los poderes ejecutivo y legislativo.
Hago esta introducción porque la matriz de la Academia Nacional de Historia (ANH) con sede en Quito ha destituido a Antonieta Palacios Jara y Magno Marriott Barreto, presidenta y secretario respectivamente del Capítulo Guayaquil de la ANH y en la mencionada resolución protestan por la decisión municipal: “Que este nombre de ´República de Guayaquil´, no tiene el menor fundamento de carácter histórico y tiende a erradas interpretaciones, fomentando a su división o regionalismo en nuestro país”:
La ANH debió llamarse Academia de Historia de Quito. Ella escribe que Antonieta Palacios interpretó equivocadamente la historia, pero calló cuando hace más de una década en Quito se publicó el libro sobre la Historia de la ANH y otro libro más cuyo título no recuerdo, en los que no se reconocía el 9 de Octubre y en forma vergonzosa, el presidente de la citada institución prologó los libros. La omisión motivó mi renuncia; fui comunicado que los estatutos no contemplaban la renuncia, les contesté que me daba por renunciado y no me interesaba recibí nada de ella.
Numerosos miembros quiteños y de otras ciudades serranas de esa academia son genuinos odiadores de Guayaquil. Muchos de corte socialista, pero les gusta vivir bien. Durante el gobierno de Rafael Correa ellos escribieron e instituciones del Estado publicaron numerosos libros. En algunos se lesiona a los empresarios guayaquileños. Un miembro se aprovechó de la confianza de la Junta de Beneficencia para luego publicar una obra en contra de tan venerable institución de nuestra ciudad. Otro dedicó un ensayo para atacar a las cámaras de la producción de Guayaquil. Julio Estrada Ycaza renunció a la dirección del Archivo Histórico del Guayas, precisamente por la actitud regionalista de quienes dirigían el departamento de Cultura del Banco Central, la misma institución cuyo consejo editorial trató de impedir la publicación de un ensayo de mi autoría sobre la Revolución Juliana de 1925, cuando había sido invitado para que escriba un estudio de historia. Afortunadamente los medios de comunicación y estaciones de radio de Guayaquil me apoyaron y el citado consejo editorial tuvo que publicar el ensayo. Posteriormente escribí y publiqué el libro La Revolución Juliana, Evento Ignominioso en la Historia de Guayaquil.
La matriz de la ANH es concentradora como toda institución pública, reparte migajas a los capítulos en otras ciudades. Le pregunto públicamente, ¿cuántos libros ha financiado y publicado de historiadores guayaquileños en los últimos cinco años? El Capítulo de Guayaquil no tiene oficina propia. Años atrás y después de mi renuncia, escribí numerosas veces en mi ex coluna de Expreso que había que gestionar a nivel de gobierno para que el capítulo Guayaquil recibiera el 50% de la renta de la matriz. Había un precedente, décadas atrás SOLCA Quito consiguió que el 50% de lo que recibía la matriz en Guayaquil, se depositara directamente en la cuenta de ellos.
La diferencia entre lo que los quiteños consiguieron y mi propuesta es que, al hacerlo, SOLCA Quito perjudicó a la matriz porque la costa tenía mayor población que la sierra y al repartirla en las sucursales de la costa, en esa época, conocidas como Comité de Amigos de Solca, se creaba un perjuicio económico. En mi propuesta no había tal perjuicio.
Lamentablemente en Guayaquil no hay interés por la historia. Ejemplo es la precaria situación del Archivo Histórico del Guayas que se encuentra en cuidado intensivo desde hace una década. Delia María Torres hace lo que puede sin ser la directora.
En realidad lo que fomenta el regionalismo en nuestro país, no es el nombre República de Guayaquil, pero el sistemático saqueo de los fondos generados por las ciudades de la costa, por un grupo de poder en la capital, que se piensa que porque la capital del Ecuador está en la Sierra, entonces ellos tienen derecho a decidir sobre la repartición de los fondos de todas las provincias, utilizando ahora si, la mala maña y el regionalismo delictivo y mal intencionado. Esperemos que el gobierno del Presidente Noboa pueda iniciar un proceso de purificación y fumigación de esos personajes que no contribuyen en nada al engrandecimiento de nuestro gran país, por lo contrario, a su división.