El 18 de enero de 2024, el Dr. DR. JACINTO GABRIEL VERA ZAMORA (en la gráfica), en calidad de GERENTE del referido hospital, suscribió el contrato HNFIB # 005-2024 para la «ADQUISICIÓN DE PRODUCTOS PERECIBLES, NO PERECIBLES, CÁRNICOS, LÁCTEOS Y PANADERÍA, DEL SERVICIO DE ALIMENTACIÓN Y DIETÉTICA DEL HOSPITAL DEL NIÑO “DR. FRANCISCO DE ICAZA BUSTAMANTE” PLURIANUAL 2024 POR UN PERÍODO DE 327 DÍAS», cuyo valor es de $ 1.028.629,00. (Un millón, veintiocho mil seiscientos veintinueve dólares).
Lo abismalmente grave, de acuerdo a los términos y contenidos en los precios de los productos que en dicho contrato se detallan, y que son algo más de 160 diferentes productos, en cada uno de ellos,existe un margen aproximado que supera ampliamente el 800% en sobreprecios; para lo cual cito unos breves ejemplos:
1 plátano verde, cuyo precio unitario aproximado en los mercados es de $0.15 ctvs., el precio estipulado en el contrato es de $9.28 la unidad. Una funda de leche en polvo, cuyo precio aproximado en el mercado es de $2.50 la funda, el precio en el contrato es de $14.05. 1 kilo de canela, cuyo precio promedio aproximado en el mercado es $4.50, el precio estipulado en el contrato es de $22.87. Y así sucesivamente se desprende de esta infame barbarie, una suerte de ignominiosa y delictiva conducta.
Juro que no he querido mencionarlo, pero ante tales circunstancias, me obligo a comentar que; además de nuestra actividad ProVida, y a través de nuestros propios recursos, junto a mis dos hijas y mi esposa, desde hace aproximadamente 15 años, hacemos semanalmente labor social, precisamente en dicho hospital, entregándoles diferentes tipos de alimentos a los padres de los niños que se sacrifican en el exterior de dicho hospital a la espera de noticias relacionadas con la hospitalización de sus niños en calidad de pacientes, y a ratos ser tratados irrespetuosamente por algunos miembros de la seguridad.
Lamentablemente, es por demás evidente que en nuestro país se ha institucionalizado la corrupción, que una considerable parte de facinerosos funcionarios, aún continúan haciendo de las suyas; y a diferentes niveles, cuya desmedida ambición por saquear el país, no les permite distinguir los impactos que producen sus acciones, mismas que van desde poner un grotesco sobreprecio en la adquisición de un determinado artículo, en determinada empresa pública; y, como en este caso, hacerlo inescrupulosamente en los alimentos de nuestros niños hospitalizados.
Es obvio entender que, a esos niveles, un ministro pone en cargos de tal magnitud a personas de su absoluta confianza. Por lo que el referido ministro de salud, Dr. Franklin Encalada, a través de declaraciones públicas, ha manifestado que “ha desvinculado” de la gerencia del hospital al referido Dr. Gabriel Vera Zamora y a la directora, pero es por demás interesante preguntarnos, bajo que parámetros basó previamente su decisión de nombrarlos en calidad de tal, y cuál es su intencionalidad relacionada con dichos funcionarios, respecto de la denuncia que dice haber presentado ante la fiscalía.
Por otra parte, la fiscalía debe actuar de manera inmediata, objetiva y con mano dura en relación a la fetidez y miserias en el entorno de la comisión de estos delitos. Los niños son sujetos de absoluta prioridad dentro del ordenamiento constitucional y jurídico de nuestro país. Se ha quebrantado en muchos aspectos su esencia y los culpables de todas estas miserias, deben pagar caro sus fechorías.
Sin perjuicio de aquello, a nombre de nuestro Consejo Nacional ProVida de Niños y Adolescentes, hago público mi enérgico rechazo a cada uno de los malhechores involucrados en tan asquerosos actos.
Mucho cuidado estos afrentosos hechos se convierten en uno de los tantos delitos que aún se mantienen impunes.
Demando además del presidente Noboa, a fin de que le pida rendición de cuentas al ministro de salud; y, a través de la Procuraduría General del Estado, impulse las acciones penales que en este caso corresponden.
En lo personal…Siento vergüenza ajena…
Hace algún tiempo aún los galenos se han contagiado de la corrupción. Ya no son, aunque excepcionalmente sí se los encuentra, verdaderos apóstoles, sino que muchos se han convertido en mercanchifles de la vida humana, como el caso que narra Raúl Ramírez Orellana, y mientras campee la impunidad en el Ecuador, todo seguirá igual de malo. Aplaudo y agradezco a los buenos médicos que aún nos quedan.
Así es, estimada Norma. Todos esos pelafustánes y facinerosos de mandil, representan la verguenza mas grande para los niños y las familias de nuestro país. Se roban el dinero presupuestado para su alimentación, misma que además termina siendo de pésima calidad, mientras, por otra parte, esos niños NO TIENEN LA RESPECTIVA MEDICINA A SU ALCANCE. Ojalá que nuestro sistema de justicia sepa honrar con todo el rigor y el peso de la ley, sus inalienables derechos. Gracias por sus comentarios. Saludos cordiales