Cuando se aproxima un largo feriado como el que acabamos de pasar, se arman los “OPERATIVOS”. EMPIEZAN A LAS 11 P.M., para, supuestamente “arrestar” a los que se quedaron en casa y salieron por algún motivo y se tomaron un traguito y fueron a visitar a algún amigo que les brindó alguna bebida ligera.
Se ubican en cualquiera de las urbanizaciones de la Av. Samborondón. El PROCEDIMIENTO es el siguiente: Sople. Huy, tiene aliento a licor. Voy a tener que arrestarlo. Pero Agente. a duras penas me he tomado una copa de vino. No le creo, tenemos que hacerle la prueba de alcoholemia. Tengo entendido que la prueba de alcoholemia tampoco es confiable, pues el nivel de alcohol en la sangre, sube o baja según “el borrachito”.
El “Operativo» es impresionante: “TRES GRÚAS, CUATRO CAMIONETAS PATRULLERAS Y UN MONTÓN DE AGENTES». TENEMOS QUE HACER LA “PRUEBA”, insiste el Agente. Segundos de silencio. ¿Cómo arreglamos? dice el vigilante. Tengo unos $80 dólares en la billetera, le responde el supuesto infractor. “Mejórala, dice el agente, ya nos llevamos unos cinco vehículos y los metimos a los infractores en “la Roca”.Tendré que ir a un cajero, dice el “infractor”. Esta bien, dice el Agente, pero, déjeme el pasaporte y regrese. Así lo hizo el infractor; sacó del cajero mas cercano trescientos dólares y se los entregó al Agente y este le devolvió el pasaporte.
Están advertidos mis queridos lectores, si quieren dormir en un largo feriado, tranquilos en su casa, no salgan, aún cuando sólo se hayan tomado una copita de vino. O si tienen necesariamente que salir, por cuanto estabas de visita, pues, lleva contigo, unos trescientos dólares por lo menos, de otra manera, pasarás la noche en “la ROCA”.
La corrupción todavía campea en ciertos elementos, miembros de algunas instituciones de control, no sólo en materia de tránsito, en el Consejo de la Judicatura y en la Contraloría General del Estado, tambíen se dan estos alarmantes sucesos.
El país tiene que cambiar, y los funcionarios también. De otra manera seguirá la corrupción.