Cuando el 85% de los ecuatorianos no confía en los poderes de justicia ni legislativo, cuando funcionarios públicos no son despedidos a pesar de tener problemas con la ley, cuando la impunidad sigue muy viva; cuando se hacen fortunas basadas en la delincuencia, incluyendo las de funcionarios públicos con sueldos entre 2.000 y 5.000 dólares mensuales que viven fastuosamente; cuando la infraestructura pública del país se cae en pedazos o no funciona correctamente; cuando la inseguridad hace que la sociedad sea víctima de asaltos, extorsiones y secuestros; cuando se mantiene a cadáveres en contenedores que están sin refrigeración; cuando la ética es reemplazada por la codicia; cuando los poderes del Estado siguen tomando decisiones que perjudican al pueblo; cuando hay millones de subempleados y los políticos demagogos y líderes sindicales obstruyen la modernidad del país, etc., es el momento de preguntarse ¿En qué país vivimos?
Desde que se crearon los numerosos rankings para evaluar a las naciones en educación, salud, seguridad, gobernabilidad, facilidad para hacer negocios, diversificación de la economía, competitividad, desarrollo humano, libertad económica, etc., Ecuador tiene muy mala ubicación: En el año 2000 publiqué el libro, Cómo Reinventar Ecuador, era una guía para el crecimiento sostenido y analizaba los logros de otros países que se habían superado. Me referí a la necesidad de modernizar la gestión pública y escribí sobre Ecuador en el siglo XXI. En esa época nos encontrábamos entre los puestos 60 y 80 del total de países y seguimos estando muy mal ubicados. Había corrupción, pero nada como la actualidad. Respecto a la criminalidad, Ecuador no tenía el terrible nivel de hoy, nos encontramos entre los países más peligrosos de América Latina. Han pasado 24 años desde esa publicación y estamos peor. Los poderes del Estado en lugar de esforzarse para mejorar han hecho lo contrario.
¿Qué sucede con la sociedad ecuatoriana? ¿Por qué no hay una respuesta masiva para dar por terminado el estado caótico en que vivimos? Todos mis nietos viven en otros países, son profesionales con futuro asegurado. Seguramente la mayoría de los lectores tiene a miembros de su familia que viven en el exterior. Son decenas de miles de profesionales ecuatorianos que optaron por hacer sus vidas fuera de nuestras fronteras. Es muy lamentable como el pueblo sigue siendo manipulado y cómo se continúa eligiendo a legisladores y dando trabajo a jueces que seguramente cuando mueran, pasarán el tiempo eterno en lo más profundo del infierno.