No sorprende nada, todo es posible en Ecuador. Diferente sería si lo que sucede es positivo, se registra con regularidad y beneficia sin distingos a los ecuatorianos. Cosas buenas ocurren de repente y su trascendencia se pierde en menos de lo que canta un gallo. Lo que pasa día a día en negativo ocupa los titulares en los medios y en la red social. Al fin y al cabo, el escándalo de ayer se reemplaza por el de hoy en una repetición sinfín.
Aun en medio de esa desafortunada realidad, la población en general no pierde la esperanza y se aferra porque de la caja de los males aparezca algo bueno y permanente. Pero no, los responsables en lugar de “matarse” porque la situación de inseguridad ciudadana, de inseguridad judicial, de corrupción pública y privada, de desempleo, de creciente deterioro de los servicios de educación y de salud, de apagones y carreteras cortadas, entre otras tantas verdades, se “matan” pensando en las elecciones de 2025, en el poder la república, en adueñarse de los organismos de control, en volverse ricos los que no lo son y más ricos los que tienen esa condición.
Unas inapropiadas conversaciones y declaraciones del presidente Noboa con un periodista de la prestigiosa revista norteamericana The New Yorker, hechas públicas recientemente, han servido para que sus opositores políticos en la Asamblea Nacional le formulen una “exhortación”, para que “se abstenga de emitir criterios personales y se ciña a su condición de primer mandatario…”. Eso no endereza ni un milímetro lo sucedido. Este tipo de exhortos no constan entre las atribuciones señaladas en su Ley Orgánica ni tampoco en la Constitución. Qué se creen los asambleístas para impedir que el presidente o cualquier ecuatoriano emita criterios personales. Deberían verse en su propio espejo y comprobar que no son buen ejemplo de nada. Ahora, según Edmundo López (Expreso, 26.06.24), “por poco van a prohibir el uso de insecticidas para no matar moscas, pulgas y otros bichos similares, porque claro, en su cerebro estará la idea de que son animales con derecho a vivir”.
Una asambleísta de gobierno, como corresponde, ha salido en defensa de este y en su argumento dijo conocer que el objetivo de la oposición era cesar al presidente de sus funciones (Art. 145, numeral 4, de la CRE) usando la figura de la incapacidad mental, es decir, declarándolo loco. Estos decires raros y estrambóticos son comunes en el recinto parlamentario, sin embargo, la mayoría legislativa se sintió maltratada de palabra porque, afirma, se han usado términos ofensivos, que incitan a la violencia y al odio, y por ello querían sancionarla y escarmentarla. Este tipo de acciones, sin duda, lo que hacen es provocar risa y aumentar el descrédito legislativo.
No hay dónde perderse: el presidente Noboa requiere ser más cauto y prudente en lo que dice y hace; pero, lo mismo debe acontecer con la Asamblea Nacional. Los ecuatorianos quieren mejorar su situación en todos los órdenes y para lograrlo es imprescindible que los poderes del Estado se “maten” cumpliendo sus obligaciones y no que se “maten” por ganar las próximas elecciones.
