El futuro del Ecuador

El Estado con 17 millones de habitantes debe US$80 millardos; es decir, mantiene una deuda per cápita de unos US$4.7 mil¹. No parecería ser un pasivo de grandes proporciones hasta que otras cifras desnudan una realidad inobjetable.

El 70% de una PEA de 8.8 millones de personas² se desenvuelve en la informalidad entre el desempleo y el subempleo. Apenas 1.6 miembros de una familia aportan a través de sus ingresos básicos mensuales de +US$460 para una canasta básica de US$797.69³. Si una de estas típicas familias, que mal llega a fin de mes con la cuenta en contra, claramente sin ahorros y con un Estado políticamente desfalcado, debe de hecho 8.5 veces más de lo que mensualmente ingresa y consecuentemente no le alcanza para cubrir sus necesidades, ¿cómo pretendemos salir de esta pesadilla, con mayor apertura comercial y económica o continuando el actual encierro fondomonetarista?

El futuro del Ecuador es para nada incierto y en la mejor de sus perspectivas se desprende una desgarradora implosión de corta mecha. El país urgentemente necesita aplicar un arancel universal no mayor al 5% que, más allá de desterrar de raíz el contrabando, inyecte igualmente una dinámica comercial que impulse la creación de plazas de empleo y produzca considerables ingresos al fisco, actualmente no materializados por falta de incentivos. Un IVA al 8% agregaría un considerable impulso multiplicador sobre una economía moribunda y un país desahuciado en el que las recetas mágicas y sin sacrificios existen solo para la demagogia electoral.

^{¹Cifras y datos aproximados.
²PEA (Población Económicamente Activa). INEC, septiembre 2023.
³INEC, abril 2024.}