7 septiembre, 2024

Las siete plagas multiplicadas por dos están cumplidas

Pongamos en contexto el tema que abarca a los 7 gobiernos de Ecuador que vive en carne propia la metáfora de las siete plagas de Egipto, maldición bíblica que asoló la tierra de los faraones por impedir la liberación del pueblo judío.

Empezamos con el virus del COVID en la pandemia no se va desde marzo del 2020. Estamos en agosto del 2024 y no solo que no se aplana la curva sino al contrario: los casos siguen y siguen multiplicándose y el sistema sanitario ya no da más abasto. Para cuando escribimos este análisis, Ecuador ya va por los 105.m 000 casos confirmados, con 9 700 víctimas mortales, aunque las cifras no están claras ni hay quien se fíe de ellas.

Pero no es el COVID 19 la enfermedad más grave que azota al Ecuador.

Las siete plagas que ha destapado la emergencia sanitaria y las más graves a mi juicio son:

1. LA PLAGA DE LA CORRUPCIÓN.

La corrupción es como una maldición, un pulpo que alcanza con sus tentáculos a quienes alcanzan poder, pero no solo a ellos: a los ciudadanos de a pie. Cada semana, un escándalo nuevo de corrupción empaña incluso las tareas que debieran ser puramente humanitarias. La pandemia ha destapado varios casos de corrupción que tienen que ver, también, con un sistema que lo permite, lleno de mecanismos que propician la trampa. Declaratorias de emergencia y estados de excepción sin rendir cuentas a nadie que facilitan las compras sin licitación, pero también prácticas usadas para vulnerar un sistema de compras públicas que se supone seguro pero que está lleno de vericuetos y que requiere de intermediarios que prestan facturas (con un 25% del valor del contrato) o facilitan información de subastas que tienen ganadores de antemano. Un sistema que, en resumen, ha normalizado prácticas corruptas permitido por la débil gestión de la Fiscalía y Contraloría General del Estado.

2. EL EXTRACTIVISMO SALVAJE

El voraz extractivismo es uno de los males del país. El petróleo se resbala y los datos dicen que la disminución de la actividad petrolera y el daño ambiental por la falta de control de la industria minera está causando un lucro cesante de cerca de 100 millones de dólares al año.
La pandemia no ha podido detener la sed de petróleo, del oro negro, del bronce, el hambre de madera y la ambición minera etc. Los llamados sectores estratégicos no han parado durante la emergencia sanitaria y, al contrario, han traído consecuencias muy graves dentro de las comunidades.

3. LA DISMINUCIÓN DE LA ACTIVIDAD PETROLERA

En días en los que el precio del petróleo había caído a niveles ínfimos, se produjo la rotura de los tres principales oleoductos por donde pasa el petróleo del país: el SOTE, el OCP y el Poliducto. Esta ruptura dio lugar a un derrame de grandes proporciones. Petróleo y gasolina se derramaron a la altura de la cascada de San Rafael, en la frontera de las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos y siguieron el curso de los ríos Coca y Napo dejando afectadas a las comunidades indígenas en sus riberas: 120 mil personas afectadas directa e indirectamente. El rio Coca no se detiene hace 4 años ya desaparecieron la cascada de San Francisco y con ello se inició un proceso de erosión regresiva del cause del Rio Coca ,haciendo peligrar a la hidroeléctrica de Coca Codo Sinclair. La luz pende un hilo, por falta de inversión y mantenimiento con contratos de barcazas muy sospechosos. Los riesgos de deslizamientos por el crudo invierno producen una serie de aluviones en el oriente ecuatoriano .Los volcanes de fuego del volcán Tungurahua, en las Islas Galápagos en el volcán Reventador dañan a las centrales eléctricas e infraestructura petrolera. El riesgo país de junio del 2024 bordeo los 1.400 puntos que refleja la probabilidad de que el país incumpla con sus obligaciones financieras internacionales. Las carreteras en peligro por las intensas lluvias por el cambio climático ha obligado al cierre temporal de vías afectando la comunicación del Centro del país y la región oriental.

4. EL CLIENTELISMO (CON MIRAS A LA CAMPAÑA ELECTORAL)

Los políticos con miras en las elecciones de 2025 sin ningún empacho han encontrado en la emergencia sanitaria y sus siete plagas multiplicadas por dos un escenario propicio para hacer campaña en el nivel Central y seccional.

La saturación de imágenes de dignatarios nacionales y locales, funcionarios públicos y precandidatos de pacotilla, alerta que esta peste clientelar y populista afecta a la política ecuatoriana , que se ha visto mermada por la falta de recursos: se acabó la bonanza y ninguna institución tiene los suficientes recursos para repartir a pesar que se reparte 3.000 millones de dólares anuales entre prefecturas , municipios y juntas parroquiales Esto significa el 21 % de los ingresos permanentes y 10 % de los ingresos no permanentes que se invierten en supuestas obras artísticas , que son verdaderas fiestas de reparto de circo, licor y farándula sin rendir cuentas a nadie.

5. FALTA DE EMPATÍA E INDISCIPLINA

La falta de empatía limita las acciones solidarias, discrimina y profundiza las diferencias entre ecuatorianos de primera, segunda y tercera categoría jurídico salarial y el Plan Fénix brilla por su ausencia.

El Estado y sus instituciones controlan y reprimen. Pero no fortalecen el tejido social ni educan para el civismo, la solidaridad y la vida en comunidad. Tampoco informan de manera clara y sencilla sobre la enfermedad y los cuidados. Al contrario, el sistema privilegia el interés individual sobre el interés colectivo. Esta indisciplina, sin embargo, es muestra del malestar social. Una sociedad que desconfía de sus autoridades, que no cree en las cifras, que se siente abandonada frente a la enfermedad y frente a las medidas propuestas por el gobierno, una sociedad que mata las penas con alcohol —Ecuador está en el top ten de países con mayor cantidad de consumidores de alcohol, según la Organización Mundial de la Salud: 7,2 litros de alcohol per cápita cada año (promedio por habitante)—, unos jóvenes que se sienten reprimidos y que reaccionan con rebeldía, son parte de esa falla de empatía y de esa desconexión entre los ciudadanos y las autoridades con el mal ejemplo del mismo presidente adicto al festejo.

6. LA VIOLENCIA MACHISTA Y DE GÉNERO

El confinamiento no ha sido fácil para las familias ecuatorianas. Más aún, no ha sido fácil para muchas mujeres y niñas: ellas han sido víctimas de violencia en sus hogares y han tenido que permanecer bajo el mismo techo que su agresor durante esta emergencia.

El programa PreviMujer de la Cooperación Alemana, GIZ, sostiene que la violencia doméstica en el país se incrementó un 30% durante los días de cuarentena y el efecto más grave es el aparecimiento de niños sicarios y la desnutrición crónica infantil que según las cifras del Banco Mundial, la desnutrición crónica infantil afecta a aproximadamente 156 millones de niños en todo el mundo. Se constituye en una problemática multicausal que en el Ecuador retrasa el crecimiento de los menores en relación a su edad, e impacta negativamente y de manera definitiva en su desarrollo.

Entre las principales consecuencias de la desnutrición crónica infantil se puede citar el limitado desarrollo cognitivo que posteriormente impactaría en el proceso de enseñanza y aprendizaje, que lo tratamos en otro video con el nombre de LA DESNUTRICION CRONICA INFANTIL -UNA ALERTA ROJA y

7. LA DESCONFIANZA EN EL SISTEMA DE SALUD

“No quiero ir a un hospital público en especial del IESS o del MSP, porque saldré de ahí con los pies por delante”. Esa frase repetida por el común de los ecuatorianos, ilustra la desconfianza de la sociedad ecuatoriana frente al sistema de salud público. Quien tiene recursos prefiere acceder a la salud privada, antes que ingresar a un hospital público. Eso, en casos de coronavirus, puede costar entre 70 y 100 mil dólares. Quien no los tiene, prefiere tratarse en casa antes que ingresar a un hospital. El manejo de los hospitales de la salud pública generó una desconfianza nacional en la capacidad del sistema para gestionar la emergencia y salvar la vida de los pacientes.

La falta de inversión en salud, la falta de insumos y medicinas en los hospitales (paradójicamente, la corrupción anotada anteriormente que ha hecho dinero a costa de medicinas), la ausencia de capacidad logística para el traslado de pacientes a hospitales, hace parte de esa desconfianza en el sistema de salud ,agravada con el robo de presupuestos de los hospitales , los sicariatos, la extorsión , el secuestro y el narcotráfico, etc., nos permite afirmar que las siete plagas multiplicadas por dos o profesas bíblicas se quedan cortas en Ecuador

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