Me eduqué en un colegio de sacerdotes jesuitas y lo más importante de esa educación recibida es que nos enseñaron a pensar.
No recuerdo sin embargo haber tenido una clase dedicada a la expulsión de la Compañía de Jesús, ni menos aun de su eliminación como orden religiosa durante 40 años.
Fueron expulsados de España y América en 1767 ordenada por el rey Carlos III, previamente habían sido expulsados de Portugal en 1759; Francia en 1762; luego de Paraguay en 1768 ( la parte de Paraguay de Brasil) ; Colombia en 1850; Ecuador en 1852, Costa Rica en 1884, Brasil 1754 y 1889.
Se los señalaba como culpables de haber ejercido comercio ilícito, explotar a los indios, tener demasiada influencia política y poder económico, a menudo chocando con los intereses de la corona y otras órdenes religiosas; simpatizar con la teoría del regicidio, de moral relajada en sus Colegios y Universidades, de ejercer la magia y el arrianismo. Además, se les imputaba de fomentar las doctrinas probabilistas, que como no sabía que significado tenía esta palabrita, tuve que recurrir al doctor Google y me dijo : El probabilismo es una doctrina de teología y filosofía moral cristiana, basada en la idea de que es justificado realizar una acción, aún en contra de la opinión general o el consenso social, si es que hay una posibilidad, aunque sea pequeña, de que sus resultados sean buenos. El fin justifica los medios.
Las presiones de los países católicos en contra de la orden dio frutos el 21 de julio de 1773 cuando el papa Clemente XIV disolvió la orden, lo que permitió a los Estados incautarles sus bienes y pertenencias a través del breve Dominus ac Redemptor: a fin de fomentar la paz, y eliminar las órdenes religiosas que la obstaculicen. El Papa suprime la orden por atentar contra la armonía y la tranquilidad de la iglesia.
Cuarenta años después, Pío VII decidió desarmonizar el entuerto y restaurar a la Compañía de Jesús el 7 de agosto de 1814. Cuando se reunieron para organizarse de nuevo el mas joven frisaba los 70 años.
En 1850 la Nueva Granada (que pasó a llamarse Colombia recién en 1886 ) expulsó de su territorio a los jesuitas y el entonces presidente del Ecuador, Diego Noboa, recibió a los jesuitas expulsados lo que ocasionó una gravísima crisis política con el vecino país.
Destituido Noboa, la Asamblea Constituyente que eligió al general José María Urbina en el mismo acto expulsó del país a la Compañía de Jesús del territorio ecuatoriano, logrando con esta decisión cancelar la prevista invasión militar preparada por la Nueva Granada afianzando la paz entre los dos países. Urbina decretó la abolición de la esclavitud del Ecuador compensando con dinero del gobierno a sus propietarios y produjo el ascenso de los liberales al poder político hasta 1859.
El estudio a fondo de idiomas, disciplinas sagradas y profanas, preparación y excelencia de sus miembros ha hecho de la Compañía de Jesús durante casi cinco siglos, los líderes intelectuales del catolicismo.
Con 14.439 miembros, 200 universidades, 850 colegios y miles de obras sociales, culturales y religiosas repartidas por 127 países, la Compañía de Jesús era, hasta enero de 2022, la orden religiosa más grande del catolicismo.
Los jesuitas hacen los consabidos votos — de pobreza, de castidad y de obediencia— y un cuarto voto especial de obediencia hacia el papa.
El Papa Francisco es el primer Papa jesuita de la historia y se debería obediencia a sí mismo, pero en ocasiones no se hace caso.
Excelente artículo, Ernesto.