Las presidenciales son competidas entre correístas (Luisa González) y anti-correístas (todos los demás, camuflados y vilipendiados incluidos). La estructura de la RC hace de L. González la candidata a vencer. Noboa, sin militancia organizada, poco recorrido político y escasos resultados, representa una considerable fuerza por ser Gobierno, pero sin liderar la votación en primera vuelta sería muy difícil vencer esta vez en el balotaje.
Kronfle encabeza a un alicaído PSC sin nuevos cuadros. Cucalón, de igual extracto, es también hábil y elocuente, pero cobija un partidismo dirigido desde el exterior con un resquebrajado frente interno. Topic, aunque SUMA carezca de un gran arrastre popular, le resta votos a Noboa al igual que Kronfle y Cucalón. Iza, empero, tiene en su endémico Pachakutik algo de votación propia debido a su extremismo y falta de amplios respaldos en sus bases. Andrea González, al margen del exiguo peso proselitista del PSP, podría ser expectativa por su anterior binomio con Villavicencio. Sin AVANZA que aporte, Tillería desentona con las expectativas creadas sobre un outsider. Así, apenas un ±15% del sufragio indeciso estaría en juego en una contienda carente aún de verdaderas propuestas.
Los resultados dependerán, más allá de las manipulaciones en el CNE, de la credibilidad de los candidatos, sus virtudes y aciertos en campaña. La calidad de la clase política es directamente proporcional a los pergaminos de sus actores. ¡Todo crece, desde las promesas hasta la incertidumbre, menos la economía!