Estamos entrando al rally final, previos a las elecciones de primera vuelta electoral, para decidirnos por nuevo presidente, Asambleístas nacionales y provinciales y Parlamentarios Andinos; sin embargo, de lo anterior, sólo para la dignidad presidencial, se ciernen 17 posibles binomios que ya han pasado el primer tamiz obligatorio, que son las primarias internas de cada agrupación política autorizada, interesada en esa contienda popular para todo el Ecuador.
Que tengamos 34 candidatos en 17 binomios para nuestro país con apenas un poco más de 10 millones de posibles votantes, es a mi criterio, un sin sentido, en USA con más de 155 millones de votantes activos, en la última elección vencida por el demócrata Joe Biden, sólo tuvo 2 candidatos tradicionales fuertes, 2 más de los denominados independientes, con entre el 0,25% y el 1,20% y luego una tropa de casi 15 candidatos “barbachas”, que sumados todos ellos, no llegaban ni al 0,25%, que obtuvo el candidato en la cuarta ubicación, que no dejaba de ser un candidato de relleno.
Sin embargo, de lo anterior, para esta nueva elección en el país del norte, un candidato “independiente”, que podría haber entrado a desestabilizar a las mayorías que representan el partido del elefante y el del burro, declinó sus posturas y pretensiones, adscribiéndose al apoyo de una de las candidaturas tradicionales, dejando libre el camino para una campaña en la que los norteamericanos elijan su mejor representante sin tanto candidato en la boleta electoral.
No creo sinceramente que los 17 binomios cumplan independientemente con todos los requisitos para que sus nombres lleguen a estar en la papeleta definitiva, más bien considero, que la política de alianzas se debe activar, al menos en el tema presidencial, no deberíamos tener más allá de 8 a 10 candidaturas, que siguen siendo muchas, pero al menos serían más digeribles para el votante, que enfrentarse a una “sábana” con 34 fotos y multiplicidad de colores, logos y números.
La madurez democrática debe iniciar con el buen ejemplo de sus mismos actores principales, que son sin lugar a duda los partidos políticos; debe nacer de ellos, esa unidad y criterio de cohesión positiva que tanto nos hace falta como país, para tratar de caminar un sendero menos tortuoso y con objetivos comunes que beneficien a los más necesitados y no a los pseudo caudillos partidistas o sus entornos de poder.
En febrero del próximo año, una vez más la democracia nos dará la oportunidad de utilizar nuestro derecho al voto para decidir sobre el futuro de avance o retroceso de nuestro querido Ecuador, por el momento con tanto candidato, creo que el circo se ha hecho muy grande para todos y que muy posiblemente, NO habrá cama para tanta gente.