16 septiembre, 2024

Educar en Ecuador para el proyecto de vida

Hace poco escribí un artículo que fue publicado en la revista “Márgenes” de la Universidad de Málaga, España, en él exponía la idea del “sentido de la vida” y su poderosa relación con la educación.  Intenté esbozar cuatro características de cómo debería ser una pedagogía del sentido de la vida.  La primera, buscar lo esencial, aspirar a una vida sencilla, aprender para la simplicidad; la segunda tenía que ver con educar las emociones, gestionarlas saludablemente, acrecentar aquellas que más humanizan y nos mueven hacia la felicidad; la tercera, que bien podría ser parte de la anterior, trata de cultivar el amor y la amistad en pareja, en familia, amigos o la comunidad.  Y finalmente, educar en los ideales, los valores, los grandes principios, por los que vale dedicar la vida, es decir todo aquello por lo que una civilización merece existir. (Orellana, 2024).

Todo esto hay que empezar a hacerlo realidad desde la infancia y la juventud.  En este sentido las universidades del Azuay (UDA) y de Cuenca (UC) se dieron a la tarea de monitorear a varios colegios con el propósito de diagnosticar, ofrecer líneas de orientación vocacional para la elección de carrera universitaria y dar apoyo para la permanencia del estudiantado que egresaba de cinco planteles educativos entre los años 2020 a 2024.

 

Figura: Datos preliminares del monitoreo de colegios con el propósito de diagnosticar, ofrecer líneas de orientación vocacional para la elección de carrera universitaria y dar apoyo para la permanencia del estudiantado que egresaba de cinco planteles educativos entre los años 2020 a 2024.

Los resultados que están arrojando esta investigación son preocupantes y sorprendentes.  Por ejemplo, durante estos cuatro años, 2394 estudiantes procedentes de cinco colegios, apenas el 61% se matricularon en la universidad y la mayor parte (56%) correspondieron a mujeres. La notable diferencia de género en la matriculación universitaria sugiere que es necesario un análisis más profundo para entender las razones detrás de esta diferencia y cómo afecta a la composición demográfica y al acceso a la educación superior.

Las primeras opciones que deciden los jóvenes tienen que ver con las carreras de las ciencias de la salud y de ingenierías.  La tercera opción “no registra”, lo cual induce a pensar que muchos jóvenes, aproximadamente el 25%, no tienen claro que carrera seguir o, si lo saben, no pueden hacerlo.  Y, eso no es lo peor, sino que más de la tercera parte de esos estudiantes no continúa sus estudios, por lo menos en esas dos universidades. Este hallazgo podría indicar una tendencia hacia carreras técnicas y de salud, posiblemente influenciada por percepciones de empleabilidad y estabilidad laboral. Otro dato que inquieta es que cada vez hay menos jóvenes que orientan su vida profesional hacia las carreras de servicios, carreras agrícolas, de la conservación de la naturaleza, la comunicación, las artes y la educación.

Existe una tasa significativa de estudiantes que no continúan sus estudios en la misma área en la que inicialmente se matricularon. Este hecho sugiere la necesidad de mejorar la orientación vocacional y el apoyo académico, para asegurar que los estudiantes elijan carreras alineadas con sus intereses y habilidades desde el principio.

Existen más datos y todos ellos claman por la necesidad de una urgente formación para edificar el proyecto de vida, que busque, más que ganar mucho dinero, vivir sencillamente con dignidad; que configure la formación académica con otras formas de educación que impulsen el crecimiento interior, especialmente en situaciones límite como la que vive gran parte de nuestro pueblo.

El Estado, las familias, los docentes y específicamente los orientadores vocacionales tienen una gran responsabilidad en este sentido. Se hace necesario abordar las aptitudes vocacionales, las motivaciones intrínsecas y extrínsecas y un acompañamiento cualificado a los jóvenes que egresan de la educación secundaria.   La Universidad del Azuay no ha tardado en responder con su aporte para afrontar esta problemática. Y, junto a psicólogos y educadores de los colegios que intervinieron en la mencionada investigación, Tatiana Pesántez, Ximena Chocho de la Universidad del Azuay, Lourdes Illescas, Tatiana Quezada y Mario Peña de la Universidad de Cuenca y educadores de la Federación de Colegios Católicos del Azuay (FEDEC) elaboraron el “Manual de Orientación Vocacional y Profesional” diseñado para guiar a los estudiantes en el proceso de elección de su carrera, teniendo en cuenta sus intereses, habilidades, valores y metas personales. Este manual aborda la orientación vocacional no solo como un simple procedimiento de elección profesional, sino como un proceso continuo de autoexploración y desarrollo personal. A través de diversas fases, como el autoconocimiento, la exploración de intereses y la toma de decisiones informadas, se busca preparar a los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo moderno.  El documento enfatiza el rol fundamental de la familia y la comunidad educativa en este proceso, creando un entorno de apoyo que potencia el aprendizaje y promueve valores esenciales para la formación integral del individuo. 

Y es que, educar para el proyecto de vida deber ser más que una loable iniciativa académica; es un llamado a transformar la manera en que abordamos la educación, poniendo al ser humano en el centro de nuestras preocupaciones. Es preparar a los estudiantes para el futuro, se trata de acompañarlos en la construcción de una vida con sentido, una vida donde la satisfacción personal y el bienestar común prevalezcan sobre las presiones externas y las expectativas superficiales. Es un compromiso con la formación de seres humanos que no solo busque ciegamente el éxito económico, sino que también aspire a que vivamos una existencia plena, digna y significativa. Así las cosas, queda entonces planteado para todos este llamado, este acompañamiento y este compromiso.

  

Fuentes citadas:

Chocho, X., Pesántez, T., Vázquez, R., Quito, D., Bueno, P., Reyes, D., Iñiguez, D., y Ortega, C. (2024). Manual práctico: Ensamblando sueños – Orientación vocacional y profesional. Universidad del Azuay.

Orellana, R. (2024). La educación y el sentido de la vida. Márgenes Revista De Educación De La Universidad De Málaga5(1), 7–14. https://doi.org/10.24310/mar.5.1.2024.17428

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