Hay un adagio que dice: Ecuador y el IESS no avanzan porque elegimos o nos imponen lo que nos merecemos y esto cae como anillo al dedo al IESS, porque con las mismas mafias nada cambiará ni se podrá corregir la corrupción ni la recuperación financiera y lo digo en forma clara y frontal en el video, El Payaso del IESS.
En este tema concuerdo con el análisis de Alfonso Alban Espín, Editor general del Diario el Expreso que afirma que mientras los mismos que chuparon el dinero de los afiliados sigan en los mismos cargos, nada cambiará.
En su orden, los presidentes delegados del Ejecutivo, los administradores de los seguros, los representantes de los empleadores, y de los trabajadores y la política que tiene a su favor 38.500 empleados que los utiliza como respaldo en las marchas a cambio de cargos burocráticos, y algunos grupos de jubilados que intentan presidir el IESS sin merecerlo, etc.
El Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) ha sido presidido, en los últimos 12 años, por doce funcionarios designados por los presidentes Rafael Correa, Lenin Moreno, Guillermo Lasso y Daniel Noboa, a más de los vocales en representación de los empleadores y de los trabajadores que son la imagen de lo que somos, es decir lo que le sucede al Gobierno se replica en el IESS y porque no decirlo en el ISSFA y en la ISSPOL.
Rafa Correa, en el periodo 2014- 2017, tuvo tres delegados de triste recordación: Fernando Cordero Cueva, Víctor Villacrés Endara y Richard Espinosa Guzmán son los que más daño han hecho a la Institución.
En la administración de Lenin Moreno, quien durante su gestión (2017-2021) nombró a otros cinco: Jaime Garzón Rivas, Wilson Rodas Beltrán, Paúl Granda López, Jorge Wátet Rehúsan y Carlos Luis Tamayo.
En los 17 meses del ex presidente Guillermo Laso que se largó a la luz de las velas este cargo lo han desempeñado Jorge Madera Castillo, Francisco Cepeda Pazmiño y Alfredo Ortega Maldonado.
En la administración de Noboa hasta la fecha se desempeña al que yo lo llamo «El payaso del IESS», Eduardo Peña que viene del sector de seguros privados y solo con eso ya se sabe a dónde lo encamina al IESS, a una privatización del sistema de pensiones y al negociado de los presupuestos de la salud.
Una alta rotación ha incidido en el vaivén de la institución más grande del país, que recibe los aportes de 400.000 empleadores y cerca de 9 millones de afiliados aproximadamente.
Yo pregunto:
¿Qué negocio público o privado funciona si el cambia cada seis meses al que preside la Institución y a su cúpula que se acomoda al timonel de turno? Eso es un problema grave”, cada presidente del país , pone a su vocal en el Consejo Directivo del IESS “a dedo” y este a un ejército de adulones en la cúpula del IESS y en todos los seguros que administra la Institución, en lugar de efectuar una selección formal mediante el voto popular directo de sus mandantes.
Nadie sabe a ciencia cierta a cuanto asciende la abultada deuda del Estado al IESS, que lo paga con bonos basura, es otro problema grave y ningún presidente del Consejo Directivo del IESS ha aprobado el reglamento general de la ley de seguridad social desde hace 22 años: “El reglamento define el verdadero marco operativo del IESS.
No se necesita un estudio técnico actuarial nuevo, basta con los 10 estudios efectuados desde dentro y fuera de la institución que no se aplican por que contienen cifras maquilladas.
Los aportantes necesitan un presidente de la República y un delegado en el Directorio que entren directamente a ejecutar los cambios elevando considerablemente el número de aportantes y para eso hay que cambiar la cultura organizacional del Seguro Social. No es posible que la población económicamente activa crezca, pero el número de afiliados no lo haga al mismo ritmo.
Algo está mal es decir todo anda mal en el IESS.
Y, por último, hay que sincerarse con la cobertura política. No es sostenible un Seguro Social que cubra a los hijos de los afiliados pagando exactamente lo mismo, le duela a quien le duela, debe existir una tarifa diferenciada para quienes están cubiertos por el seguro campesino, por ejemplo.
Y para concluir, si el IESS no es capaz de dar un servicio óptimo de salud, que lo haga el organismo rector de la salud del Ecuador y el IESS dedique sus esfuerzos a constituir un fondo de pensiones sostenible en el tiempo para una jubilación digna, pero sin políticos. ¿Factible o imposible, que dicen ustedes asegurados?