Un viaje puede ser a cualquier lugar del mundo, a partes muy lejanas o a lugares cercanos, estos pueden ser realizados en avión, en barco, soñando, o simplemente tratando de hacer funcionar nuestra imaginación, y es en ese instante en que entra nuestra mente a ayudarnos a realizar nuestros deseos o sueños.
Así sucedió un día en que sentí dentro de mí una paz y tranquilidad casi desconocida, y poco a poco empecé a quedarme dormida, mi sueño estaba en Alfa y de mi mente comenzó a brotar letras y letras qué poco a poco fueron uniéndose hasta llegar a mi cerebro formadas en palabras, y me obligaban a estar despierta, pero con los ojos cerrados.
Estás palabras fueron cobrando vida al formarse en frases empezando a adquirir un significado especial para mí. Quería despertar y era totalmente imposible. Y sobre todo deseaba volver a la realidad para darme cuenta lo que estaba ocurriendo.
Seguí intentando abrir mis ojos, pero una fuerza desconocida me mantenía con los ojos mirando hacia el interior de mi cerebro. Comencé a leer las frases que se habían formadas ya en oraciones y me quedé perpleja.
Decían así: Aunque nos neguemos a salir a un mundo desconocido, debemos hacerlo porque puede llegar hacer nuestro. Ya que el actual, aunque vivamos en él, es tan ancho y ajeno que no nos pertenece.
Entendía que estás palabras estaban dirigidas a mí. Y en realidad estaba un tanto alterada y no comprendía nada. Alguien estaba diciendo que iba a ir alguna parte. Pero yo no sabía ni con quien ni a dónde.
Y sentí que no estaba en ese momento preparada para viajar a lugares desconocidos o conocidos por razones que solo yo conocía. De repente comencé a escuchar voces a mi alrededor y abrí los ojos con un poco de dificultad. Cuando los abrí totalmente, cuál mi sorpresa, miré numerosas personas que me estaban contemplando, me quedé perpleja.
Desconocía donde estaba, todas esas personas con vestidos largos y de diverso color su ropaje, unos de blanco otros de gris y otros de negro. Todos ellos me miraban con mirada inquisidora yo no podía ni parpadear menos hablar.
Sin embargo, mi cerebro estaba entrando en movimiento y al despertar de mi letargo mis labios empezaron a moverse y puede empezar a hablar y pregunté: «Cuál de ustedes es el jefe, necesito saber porque estoy en este lugar desconocido? ¡Yo estaba tranquila descansado en mi hogar y de repente me encuentro aquí contemplando rostros extraños y que jamás los he visto…!
Me miraron extrañados y tomó la palabra uno de ellos que estaba de negro, me dijo “tu estabas destinada a conocernos, pero era verdad tu todavía no estabas preparada, ahora sí puedes darte cuenta de que tu espíritu ya puede trasladarse a dónde desee, has escrito mucho sobre el poder que tiene la mente y la tuya es muy fuerte y ya era hora que hicieras este viaje a este lugar que es de paz y tranquilidad.”
Estoy muerta, balbucee, y no me he dado cuenta. ¿Díganme dónde estoy dónde está mi cuerpo? El vestido de negro me responde, no estás muerta estás viva y te encuentras muy bien quizás mejor que antes. Tu nombre es hermoso y tú vives en tu nombre.
Te contaré primero: No estás muerta porque tú parte física quedó en tu hogar continúas sentada con un libro en la mano estás profundamente dormida.
No podemos despertarte porque te haríamos mucho daño, cuando te llevemos, tu espíritu entrará otra vez en tu cuerpo físico, y despertarás. Si deseas puedes recordar todo eso, depende de ti y de nosotros, sino lo deseas despertarás y tendrás una leve noción de lo que pasó, pero no recordarás nada del viaje realizado.
Ahora es el momento que tú nos respondas: ¿Quieres recordar este viaje, que se denomina VIAJE ASTRAL, o deseas olvidarlo para siempre?
Yo me quedé sin tener que responder, pero algo en mi interior me hizo responderle; Si deseo recordar todo cuando llegue a mi hábitat que se llama TIERRA, deseo recordarlos y poder en algún momento seguir comunicándome con ustedes.
¿Díganme cómo se llama este lugar y ustedes quiénes son? Muy bien, me contestó el señor de negro. «Nosotros somos llamados seres espirituales y el lugar que habitamos es el Universo, sigue hablando el de la túnica negra, no te das cuenta de que no pisamos el suelo ni tu tampoco porque en este momento tu espíritu está con nosotros no tu cuerpo ese quedó allá a lo tus llamas tierra.”
Contesté: me encantó el viaje y me dio mucha tranquilidad, les agradezco que me hallan escogido a mi espero estar siempre comunicados. Estoy muy agradecida por este Viaje Astral he aprendido muchas cosas que para mí son importantes, sobre todo el poder desdoblarme y sobre todo que existe este mundo fantástico de espíritus.
No terminaba de decir las últimas palabras abrí los ojos y desperté en el sillón de mi cuarto y con un libro en la mano se llamaba: “EL MANUAL DEL VIAJERO AL INFINITO.”
Muy buena historia, es increíble todo lo que nuestra energía puede hacer, así como conectarnos con otros planos.