Todos vs Israel

Nasser, líder egipcio y árabe, infligió graves pérdidas a su país procurando la destrucción de Israel. Sadat, racional y cerebral consumado, negoció la devolución de la Península del Sinaí por paz y una alianza con EU, siendo luego asesinado por comandos de la radical Jihad Islámica egipcia. Israel tiene tratados de paz con Jordania, EAU, Bahrein, Sudán y Marruecos, y con patrocinio estadounidense mantiene contactos con Arabia Saudita desde 2023.

El mundo árabe no es todo musulmán, como tampoco exclusivamente sunita (Arabia Saudita) o chiita (Irán). Hezbolá, igual que los hutíes en zonas no controladas por el Estado yemení, respaldado por los sauditas, responde políticamente a Irán y controla al Líbano. La AP gobierna sobre Cisjordania y Gaza, usada militarmente por Hamás y Hezbolá, brazos terroristas iraníes.

Israel, política y económicamente estable, pese a su tamaño y sin recursos naturales, es ampliamente superior en el balance de fuerzas. El extremismo de sus enemigos, incluso con explotación y amplias reservas de crudo, y sus destructivos conflictos entre sí, colapsan ante la perdurabilidad y solidez de la contraparte judía. La masacre de gazatíes, empero, ha producido un odio hacia Israel que sobrepasará al sometimiento de Hamás y Hezbolá. Cuando el petróleo deje de ser el combustible del mundo, Irán y otros Estados no podrán más ejercer el mismo nivel de influencia. El conflicto no tiende a contenerse, pero se rinde en el largo plazo ante Israel, precautelativo de una disputa exclusivamente entre árabes.