Pongamos en contexto el tema. Primero, los daños ambientales y ecológicos, como postura de la defensa de la naturaleza, de ciertos ecologistas, campesinos, indígenas y de los que paradójicamente se opusieron a la explotación del Yasuní ITT y del Chocó Andino en el tema de la minería legal e ilegal.
El extractivismo salvaje como argumento de las comunidades
El voraz extractivismo es uno de los males del país. El petróleo, por ejemplo, se resbala y los datos dicen que la disminución de la actividad petrolera y el daño ambiental por la falta de control de la industria minera están causando un lucro cesante de cerca de 100 millones de dólares al año. La pandemia no ha podido detener la sed de petróleo, del oro negro, del bronce, el hambre de la madera y la ambición minera, etc. Los llamados sectores estratégicos no han parado de protestar y enfrentar juicios desde mucho antes de la emergencia sanitaria y, al contrario, han traído hasta negación a la intervención de árbitros internacionales en la consulta de Noboa con consecuencias muy graves dentro de las comunidades porque la decisión pasó a los “iluminados” de la Asamblea que se pasan la vida creando comisiones especiales para no cambiar nada.
El gobierno de Noboa afirma que existe un prometedor horizonte minero para Ecuador
Que el Ecuador cuenta con varios proyectos mineros, ojo, proyectos o promesas de campaña no se excluyen. Afirma que unos proyectos están en operación y otros en fase de explotación avanzada, que generarán importantes ingresos económicos y miles de plazas de trabajo a los ecuatorianos. No sé si esto es a lo que se refería Noboa cuando prometía la creación de 100 mil plazas de trabajo o solo es un eslogan y campaña para el 2025. Lo cierto es que circulan versiones que alrededor de 217.000 millones de dólares por concepto de exportaciones generaría, en los próximos 30 años, con 15 proyectos de minería a gran escala si avanza la planificación del gobierno, es decir, si Noboa alcanza su reelección. Muchos analistas y especialistas en el tema económico afirman de buena fe el potencial que tiene esta industria para continuar en el desarrollo nacional.
Los 15 proyectos a los que el gobierno hace referencia, dos de ellos ya están en operación, ambos ubicados en la provincia de Zamora Chinchipe, que de alguna forma fueron los principales protagonistas del récord de exportaciones alcanzado por el sector en el 2023. Acudiendo a la información oficial, el Banco Central del Ecuador en 2023 afirmó que las ventas al exterior de minerales llegaron a 3.324 millones de dólares. La pregunta surge: ¿Dónde está esa plata? Estas cifras oficiales, si no están manipuladas, representan un incremento del 19 por ciento con relación al 2022 con los anteriores gobiernos de Moreno y Lasso.
Solo por citar ejemplos, de continuar esa política de Estado con el actual gobierno de Noboa y otros que vengan de las elecciones del 2025, solo con el proyecto Fruta del Norte se espera producir en este año 2024 entre 450.000 y 500.000 onzas de oro. Desde el inicio de esta operación hasta diciembre del 2023, la mina ha proporcionado más de 1,6 millones de onzas de oro, con un volumen de producción creciente consolidándose como uno de los proyectos auríferos más importantes en la Región.
Por otro lado, el 5 de junio del 2024, ya en el gobierno de Noboa, el Ministerio de Energía y Minas emitió una resolución mediante la cual dispone reformar el cierre del catastro minero. Así, en ENAPI/EP podrá seguir solicitando concesiones mineras a las que las comunidades se oponen por el daño ambiental y por sus intereses personales y manipulados. Adicionalmente, en las zonas centrales cercanas a la mina y en áreas que forman parte de las concesiones, la empresa Lundin Gold prevé ejecutar una inversión de 42 millones de dólares como complemento a los programas de perforación con el objetivo de encontrar nuevas reservas de oro.
Y por último, la otra gran noticia que las partes interesadas hacen circular como la industria del futuro es la firma del contrato de explotación con el proyecto Cascabel de mi provincia Imbabura y la empresa concesionaria Sol Gold, cuyo yacimiento produciría 3.2 millones de toneladas de cobre, 9.4 millones de onzas de oro y 28 millones de onzas de plata durante los primeros 28 años de explotación, abriendo el apetito voraz a los candidatos a la presidencia que quieren llegar a Carondelet a cualquier precio, inclusive al gobierno de turno que ya se olvidó del fracaso del Oloncito y se centrará en la mina de Cascabel.
Y las preguntas finales surgen: ¿Qué vale más, el patriotismo de dejar bajo suelo la riqueza aurífera o la protección del daño ambiental y humano que producen la explotación y explotación del oro negro? ¿Quién miente, el gobierno o las comunidades indígenas o los sapos de los mestizos que hacen contrabando con los combustibles o quienes lucran de la explotación incontrolada de las minas de oro, plata y cobre del proyecto Cascabel, que es una mina considerada de clase mundial debido a que posee grandes cantidades de depósitos de cobre, oro y plata y ocupa el sexto lugar en el mundo por sus reservas de cobre?