28 noviembre, 2024

¿Qué hacemos con el dolor?

¿Y qué hacemos con el dolor? ¿Dónde lo depositamos? ¿Será que existe una especie de buzón donde podemos dejarlo?

¿Y luego de dejarlo qué? Se acumula con los otros dolores hasta que ya no entran en el buzón.
La puerta ya no cierra y todo explota. Esto pasa cuando no sabemos qué hacer con el dolor.
Existen los dolores físicos, esos que pueden ser perennes, que se sienten como cuchillas, que son insostenibles.
Existen los dolores del alma, esos tienen forma y sobre todo nos dan una sensación de ahogo o tristeza profunda.
El tema se vuelve mucho más complejo cuando el dolor no es propio sino de un ser querido. Un padre, una madre, un hijo, un amigo, la pareja, un hermano/-a.
¿Qué hacer cuando lastiman a los nuestros? ¿Cuál es la mejor manera de proteger y protegernos?
A mí me sirve hablar, hablar del tema hasta quedarme sin respiración, sacar todo lo que siento. A otros les sirven los abrazos, el silencio, el ejercicio o la soledad, rezar, meditar, escribir. Todo esto ayuda a sanar.
Cuando Mi hijo de cuatro años tiene muchas ganas de ir a un lugar utiliza la siguiente frase “mami ya quiero estar”. Y pienso en el poder que tienen estas palabras porque ESTAR no es una tarea fácil, pero sí necesaria. ESTAR definitivamente hace la diferencia y tal vez no cura el dolor, pero sí que lo disminuye.

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Rafael Cuesta Caputi

Hoy quiero dedicar este texto a mi amigo Rafael Cuesta Caputi, el mejor director de Noticias de la televisión nacional. Actualmente es el Director de los distintos y variados noticieros de canal uno. Rafael es pionero por practicar en la televisión ecuatoriana el formato de la crónica roja, tema espinoso, agudo, a veces trágico, en ocasiones un doblez. Lo impuso con todo éxito en canal 10 posicionando al noticiero del canal en primer lugar durante todos los años que lo mantuvo dirigiendo. Ahora en canal uno continúa su liderazgo, ejerciéndolo con profesionalismo y calidad.

Rafael es un hombre de retos, de desafíos. Dirigir un noticiero y ponerlo en primer lugar en el competitivo mundo de la televisión es para Rafael una tarea inmediata, no se anda con vueltas, sabe del oficio de hacer televisión de fuerte contenido noticioso, sin abusar de la información, siempre tratándola con el debido respeto para que el ciudadano espectador la reciba tal como es, sin ocultarla ni tergiversarla. Rafael Cuesta es un hombre sin tacha, jamás cuestionado en su credibilidad, original; de todas las formas y maneras un gran comunicador.

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