24 diciembre, 2024

Cuando Cristo llora

Estimados lectores. les comento que tengo un enorme problema existencial, en relación a las diferentes opiniones que algunas personas expresan respecto de “La ira de Dios”. Desde muy niño vengo escuchando hablar de un “Dios castigador”, cosa que realmente no encuadra, por decirlo de alguna manera, en la real magnificencia de un Ser extraordinario repleto de amor.

Donde queda entonces la verdadera historia de aquel que; frente a su madre, y miles de personas más, sufrió en total silencio crueles maltratos y humillaciones, burlas, escupitajos, fue previamente coronado con puntiagudas espinas, fue azotado salvajemente a través de fuertes latigazos y herido por lanzas asesinas en su sagrada piel; y luego, a través de sus manos y pies, fue clavado en una cruz… Y NUNCA SE QUEJÓ…¡¡¡NUNCA…!!!

Ya clavado en dicha cruz, fue motivo del morbo y continuas burlas de parte de muchos guardias del ejercito romano que irónicamente lo custodiaban. Por lo que me pregunto: ¿Lo custodiaban de que, y porque…?

Así pasaron los segundos, los minutos, las horas…Y llegado el momento, aspirando sus últimos gramos de oxígeno, Jesús levantó su cabeza al cielo, y dirigiéndose a su padre le dijo: ”PADRE…PERDONALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN…”

¿Porque entonces debo creer en un Dios castigador…Por qué…?

Lo que si esta muy claro es que; han pasado siglos, y el tiempo continúa su marcha, y no entendemos la sagrada finalidad y las verdaderas pretensiones de ese extraordinario y omnipresente SER, sobre que es lo que Él siempre espera realmente de cada uno de nosotros.

No entendemos que la soberbia y la prepotencia son las impurezas del intelecto, que la maldad y el odio son la antiteses del amor, que la corrupción y la injusticia son la profunda contraparte de la honestidad, que la mentira es el antónimo de la verdad…como la venganza lo es del perdón…y la guerra de la paz…y el poder político lo es del verdadero servicio a nuestros semejantes…y el vil asesinato; en situación de muerte, lo es de la vida.

Pero claro, el hombre, a través de su contaminada naturaleza, ha venido recurriendo a estas artimañas, con la finalidad subjetiva de acomodar las circunstancias acorde sus intereses, abusando per se de cada circunstancia.

Dios Padre y Dios Hijo, son pues misericordiosos, aun en circunstancias que nada hacemos por acoplarnos a sus mandamientos y sus enseñanzas. Muy seguramente sufren con nuestros sufrimientos, y lloran con nuestro llanto.

Esta Navidad, amado Jesús, te prometo ser menos intolerante, menos irascible, menos impaciente. Esta Navidad y todos los días que me des la oportunidad de vivir, quiero dedicarlos a proteger, con muchas más fuerzas, a los más vulnerables.

Esta navidad brindaré, una vez más, por Ti, y jamás me detendré en darte gracias por cada día que me regalas. Te ratifico mi eterno agradecimiento por mis hijos que están con vida, y por el hijo que se me fue para estar a tu lado, por mis nietos, por mi hogar, por mis hermanos que están vivos, y por aquellos que; junto a ti y a mis padres, también gozan de tu gloria eterna, por mi familia y mis verdaderos amigos.

Amado Jesús, te ruego que no desampares a los niños del mundo, a los sin hogar (Ancianos y jóvenes), a los que no tienen trabajo, a los enfermos, a todo aquel que sufre…Bendice enormemente a mi patrian toda…

Esta Navidad, te ruego que… No llores más 

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