20 enero, 2025

País rico en promesas, pobre en realidades

La realidad del Ecuador es de calamidad y desasosiego. El país sobrevive a incumplibles promesas y no puede aspirar a mucho más ante la notable falta de crecimiento económico. Los candidatos de izquierda, entre convencidos y camuflados, unos más izquierdizantes que otros, quienes ya fueron poder y aquellos que ansían hacerse de él, simplemente carecen de los elementos conceptualmente básicos para liderar reales procesos de cambio. Los recursos financieros del mundo están disponibles para naciones competitivamente abiertas al mercado y no encerradas en el populismo del falso nacionalismo de los social hipócritas y Cía.

La izquierda, como si no fuese suficiente, promueve incluso más estatismo al ya existente; su pretendido ambientalismo bloquea la explotación de la riqueza del país mientras relega para el Estado la responsabilidad de satisfacer las necesidades de la sociedad; reniega también de la inversión extranjera, necesaria para inyectar ±$20k en la generación de cada puesto de trabajo que el Estado no puede suplir. ¡Sindéresis revolucionaria!

La dolarización, máximo instrumento de política pública en los últimos 25 años, ha sido políticamente inconsecuente para destrabar una estancada productividad como exportadores netos de materias primas. El valor agregado es apenas referenciado en los impuestos (¡IVA!), cuyo incremento solo ha servido para retirar circulante del mercado. A las puertas de un desenlace dimensionado por una implosión social de envergadura, esta mal llamada democracia es políticamente inviable.



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