23 enero, 2025

La continuación…

Era un día como todos.

Me fui a trabajar y lo hice hasta muy tarde.

En un momento decidí hacer un esfuerzo físico supremo y en calculado tiempo, me encontraba feliz, saciado y satisfecho.

Traté de pararme y mientras lo hacía, tuve conciencia de que todo era diferente.

Escuchaba ruidos aunque no los oía.

Era un silencio que gritaba cosas, como si todo lo que pasaba era solo conmigo. 

Tenía la sensación de ser el único al que le estaba sucediendo todo. Por otro lado, estaba consiente de encontrarme en una realidad que pese a conocerla, la desconocía.

Sentía como que volaba o más bien flotaba. Sentía como que me ahogaba y mi respiración era insuficiente para llenar mi necesidad de aire para respirar. Todo era oscuridad y claridad al mismo tiempo. Sin embargo de todo lo que sentía, no veía.

Era como estar en un lugar extraño pero conocido, con conciencia de estar yéndome a otro espacio.

Traté de pararme y todo me temblaba. Oía mi respiración acelerada y veía como mis manos me temblaban. Traté de agarrarme de una silla para sentarme, pero estaba consiente que me era imposible. De repente sentí como caía sobre la puerta del baño y me quedé acostado en el suelo. No tenía conciencia de donde me encontraba, ni que es lo que hacía. lo único que recuerdo es que oía una voz de mujer que gritando me decía: Párate, no te vayas…

Era como si desde el suelo donde estaba tirado, veía la silueta de una mujer, que con su inusitada preocupación me gritaba para que regrese y no me vaya.

En ese momento me di cuenta de que estaba en un lugar donde no estaba.

No era el principio de algo ni el final de todo. Era el estar en el mismo momento pero de distinta manera en el mismo lugar. Era la continuidad de mí mismo siendo yo mismo.

La mujer salvó mi vida.

Viendo las cosas en retrospección y ya calmado, tuve conciencia de que estuve muerto por un instante.

Después de entender hoy mejor las cosas, estoy claramente convencido de que no existe el final de la vida ni el principio del morir.

Vida y muerte son continuidades reguladas.

Estando en esa diferente realidad a donde fui, pude encontrar a los que quiero y ya no están.

Tuve conciencia sin tenerla, que lo único que importa es el amor.

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