24 enero, 2025

El llanto del libertador…

Simón Bolívar, nació en la ciudad de Caracas el 24 de julio de 1783, descendiente de una destacada familia de origen vasco, de buena posición económica y social, que desde fines del siglo XVI se hallaba establecida en Venezuela. Sus padres fueron el Coronel don Juan Vicente Bolívar y Ponte, y doña Concepción Palacios Blanco. 

Desde muy pequeño sintió vocación por el ejercicio de las armas, sin haber cumplido aún los de 14 años de edad ingresó como cadete en el Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua, siendo ascendido al año siguiente al grado de Subteniente. 

Bolívar supo combinar sus habilidades como militar con el aprendizaje teórico de la física, las matemáticas, el dibujo topográfico, a través del sabio Capuchino fray Francisco de Andújar, siendo esas materias consideradas en aquella época como base elemental de la formación militar.

Simón Bolívar, cuyos nombres y apellidos completos son: Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco, conocido mundialmente como el “Libertador de América”, de quienes todos los ecuatorianos conocemos su historia y aprendimos de su valor, fue un valiente militar y político venezolano que por 20 años combatió contra la corona española para lograr la independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá y Venezuela.

Este insigne y otrora libertador, que con apenas 47 años de edad, peleó 472 batallas, arriesgando en cada una de ellas su vida, liberó 6 naciones, cabalgó 123 mil kilómetros, comparativamente más de lo navegado por Colón y Vasco de Gama juntos, por lo que, incluso, después de su muerte, Simón Bolívar representa la esencia pura de  la libertad y el orgullo de nuestra América toda. 

Creo que a nadie se le hubiera ocurrido pensar siquiera que precisamente hoy por hoy la cuna de Bolívar esta atravesando uno de los más feroces, grotescos y vergonzosos episodios incoados a su pueblo; primero por Hugo Chávez Frías y luego por Nicolás Maduro, ambos bajo la tutoría perversa de Fidel Castro.

 Seguramente, el insigne libertador, estará derramando lágrimas de dolor y prepotencia, al ver que su país de nacimiento, en actuales circunstancias, por el cual precisamente luchó sin dar tregua alguna al enemigo, se está desangrando y está siendo humillado reiterativamente por un indigno y miserable patán, llamado NICOLAS MADURO MOROS.

Paradójicamente e irónicamente, NICOLAS MADURO MOROS está escribiendo una historia, cuya antítesis en relación a las hazañas del libertador, merece que Venezuela sea liberada de las garras esclavizantes por parte de cada venezolano, de cada boliviano, de cada peruano, de cada colombiano, de cada ecuatoriano, de cada panameño, tal cual, y si fuera el caso, lo estaría viviendo en carne propia Simón Bolívar; y, para aquello, ya no debe importar el precio a pagarse, claro que no.

Entonces, TODOS UNIDOS, A LIBERAR AL LIBERTADOR…!!!

La esclavitud es hija de las tinieblas… Yo amo la libertad y quiero vivir libre y morir ciudadano… (Simón Bolívar) 

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