Cuando no se tiene una vida de verdad, muchos la sustituyen por espejismos… Anton Chejov, “La Gaviota”.
Es que cuando no están claras las cosas casi siempre los vecinos terminan siendo los culpables…¿Tan complicado es, acaso, hacerse dueño de su propia torpeza? Para la mayoría de las gentes el aceptar un daño contra sí, es como destruir el estimado de perfección con que vivía, incluso sin saberlo. ¿Ponerte al descubierto cuando el secreto ante los demás era tu razón de ser? Es como si la esencia de tu existir se rompiera en pedazos, sin chance ni siquiera en remendarla. ¿Qué hacer cuando lo que eras o suponías que era ya no está? ¿Serías capaz de evitar que los espejismos te limiten?
En este Ecuador, tan pequeño de superficie, para algunos con cierta esperanza en su progreso social y político, es una fuente de soluciones para la gente que lo integra. Al menos su historia lo viene gritando, a voz en cuello, quizás hace más de dos cientos años… Aunque no todos oyen en este grito el llamado de su razón de ser y proyectarse. ¿Son sordos?
¿Por qué decir esto? Es que es muy torpe, que cuando la democracia está obligada a encausar la vida social, aparezcan saltimbanquis, y exijan que las fuerzas armadas apoyen sus candidaturas presidenciales. No candidata Abad. Guárdelo para siempre en la cabeza. Las Fuerzas Amadas no son deliberantes, son obedientes y consolidan, con su obediencia, la razón del progreso del país.
Es muy triste que este dato de escuela no lo sepa alguien que pretenda reemplazar al presidente de la nación. Lo más grave, sin embargo, es que no solo pide el apoyo armado sino que demanda, al unísono, que el gobierno constituido sea derrocado…
O sea, no hay en este hacer el mínimo respeto por el bienestar ciudadano, ni la mínima comprensión del significado de un Estado. ¿Cómo puede ser presidente alguien quien no cree en el Estado que pretende dirigir? ¿Es que sería bueno, quizás, que exista una Comisión que impida este tipo de candidatos…y detener, así, la caída libre del país?
