Escribimos alguna vez en algún sitio, que visto lo que estaba ocurriendo con el idioma de Cervantes en España, nos quedaba a los hispanoamericanos la solidaria e histórica tarea de mantener y de salvar nuestra lengua para la posteridad, a falta de quien lo haga hoy en día en la madre patria.
Pues bien, en la Florida norteamericana, la de Ponce de León y de otros que la descubrieron para el mundo conocido del siglo XVI, tenemos un aliado. Se trata de una organización sin fines de lucro, denominada Milibrohispano, así escrito, con todas las palabras juntas y sin pausa, para que, como dice su fundadora y presidenta, Pilar Vélez, “ni siquiera el espacio entre palabras interrumpa ese sentido de pertenencia”; y, agregamos nosotros, de pertenencia a una tierra, a unas raíces que se tocan, y a una identidad común que se resume y conjuga en un mismo lenguaje: el español.
Milibrohispano.org, mejor conocida en su acepción inglesa como la Hispanic Heritage Literature Organization, designación con la que se deja claro que se trata de una entidad creada para honrar el legado escrito de nuestros padres y abuelos, y promover, al mismo tiempo, la creación literaria entre las nuevas generaciones de hispanohablantes con el propósito de preservarlo, viene desarrollando desde su aparición hace ya una larga década una serie de actividades que buscan fomentar la lectura, apoyar a los escritores mediante diversos eventos y talleres de técnicas de escritura, mercadeo, o actividades de promoción y exposición de sus obras al público, entre las que destacan, además de la publicación digital Poetas y Escritores de Miami, Revista Literaria, las ferias internacionales del libro que con gran esfuerzo se realizan periódicamente en cada uno de la veintena de países que conforman Milibrohispano.org, y que este año 2025 va a tener, entre el 10 y el 15 de marzo, su primera edición en Puerto Rico, en una iniciativa conjunta con su seccional FILPRI, que espero ayude a sostener en la Isla del Encanto la difusión de la herencia española y de su propia esencia identitaria como nación, y sirva de acicate, después de un vacio de seis años, para el retorno o vuelta de la feria internacional del libro (FIL), así como de estímulo a la alicaída industria del libro de Puerto Rico, actualmente, en ruinas.
Asimismo, en la ciudad de Miami, sede de la asociación, se llevan a cabo otras actividades de calle como la Feria de Verano del Libro o, entre mediados de septiembre y octubre, la Hispanic Heritage Book Fair con motivo de la celebración del mes de la herencia hispana, que tiene su propio punto y aparte en el Festival de Poesía de la Herencia Hispana al que concurren autores y declamadores provenientes de diferentes países de lengua española. Todo esto sin contar la presencia que tienen sus miembros, tanto escritores como ilustradores, diseñadores y recitadores en las tertulias, conversatorios y reuniones de socialización literaria que se transmiten a través de las redes sociales más conocidas. Mención aparte requiere la presencia que ha tenido Milibrohispano.org, con sus autores y obras, en algunas ferias del libro de carácter internacional como las de Bogotá, Cali o Guadalajara, y que se ha hecho tan habitual como necesaria en la Miami Book Fair (Feria Internacional del libro de Miami), a mediados del mes de noviembre, en la que sus casetas y estanterías suelen ser el centro de atracción del público asistente de origen hispano en su mayoría.
Sin lugar a dudas, que deben ser muchos los objetivos y metas a corto y largo plazo que una organización como Milibrohispano tiene por delante, y seguros estamos de que tanto su presidenta Pilar Vélez, así como el resto del equipo directivo que la acompaña, escritores como ella, van a asumir cualquier compromiso con la misma dedicación y sacrificio puestas hasta ahora, en el que me consta, no han tenido, salvo muy contadas excepciones, apoyo de las secretarías o agregadurías culturales de las embajadas y consulados de los países de habla hispana de norte, centro y Suramérica, así como tampoco de las respectivas asociaciones culturales que hacen vida en la Florida, y que con un mínimo empuje de su parte pudieran darle a la labor desplegada por Milibrohispano.org un efecto multiplicador y de más largo alcance.
En un mundo cada vez más constrictivo, en el que la geopolítica sigue desempolvando las viejas motivaciones del nacionalismo cultural, racial e ideológico-religioso como estrategia de paz y de guerra, y en el cual el idioma se ha convertido en una tecnología de masas, iniciativas como la de Milibrohispano.org que sirvan de puente entre los escritores y los lectores, entre los hablantes y los oyentes de un mismo lenguaje, en una sociedad vertiginosa y cambiante como la actual, son de agradecer, porque nos van a seguir permitiendo, tanto a nosotros como a nuestros hijos y nietos, sentir, pensar, soñar y existir en español.