Así se asocia esta celebración cada 14 de febrero. Posteriormente se la llamó: «Día del Amor y de la Amistad», para incluir a quienes no tenían un amor, pero lo deseaban.
«Por amor se han creado los hombres en la faz de la tierra»… Por amor (a la libertad) se liberaron las naciones de los yugos que los ataban y les impedían actuar con soberanía en sus decisiones políticas y frente a sus ciudadanos…
Por amor formamos una familia, por amor creamos y formamos a nuestros hijos como ciudadanos de bien, por amor consentimos a nuestros nietos. Por amor sentimos a la familia como algo muy propio que lo llevamos en la sangre. Y estaríamos dispuestos a morir por defenderla.
Por amor hemos realizado en la vida las mejores acciones personales por los demás. Por amor hemos muerto por nuestros ideales sin claudicar.
En fin, ésta mágica palabra nos llena, nos satisface, nos cubre el cuerpo y el alma.
Por amor nos inclinamos ante una cruz y un cuerpo escarnecido. Por amor soñamos por las noches, que al día siguiente nos volveremos a dormir, para volver a soñar.
Por amor cuidamos a los animales domésticos y cultivamos el campo.
Amor es luchar todos los días hasta el cansancio. Por amor dormimos menos horas para alimentar a quienes, sin ese alimento, morirían por dejar de comer.
Por amor somos capaces de romper los esquemas del statu quo, por avanzar por el sendero del progreso…
Por amor damos todo sin pedir nada a cambio.
¡Por amor, por amor, ¡por amor!
