Nuestra prima Cecilia, su hija, nos invitó a toda la familia el día domingo 19 de enero a recordar esta fecha, en el amplio auditorio del Colegio Mariscal Sucre, que lleva su nombre.
Hubo una muy buena concurrencia. Ella misma iba narrando la vida de su padre, desde su nacimiento hasta su muerte.
Su paso por la Escuela Fiscal Juan Montalvo, por el Colegio Vicente Rocafuerte, por la Universidad de Guayaquil, en la Facultad de Ciencias Económicas, su cátedra especializada en aspectos tributarios y aduaneros, y sus actuaciones como decano de la misma.
Por supuesto, su etapa de empresario, como fundador del Bazar Suizo, que importaba las mejores telas suizas para la sociedad guayaquileña.
Finalmente, comentó su deseo de ser presidente de los ecuatorianos, pues estaba convencido de poder hacer el “milagro ecuatoriano” y hacer ricos a los ecuatorianos, como ricos eran sus recursos naturales. Ideal que lamentablemente no pudo cumplir, por cuanto desde el Ministerio de Gobierno de la dictadura militar, se planificó y se financió su asesinato.
Hubo otras intervenciones, por ej., la mía, en las que les comenté sus debates públicos. El primero contra un ministro de O.O.P.P. del gobierno del Dr. Otto Arosemena Gómez, en el Teatro de la Cultura, Núcleo del Guayas. Éramos apenas tres acompañantes: el Ab. José Patiño, Don Eduardo Echanique Pérez y quien escribe estas notas. Yo estaba muerto de miedo, por cuanto, cuando hablaba el ministro, todos aplaudían y, cuando hablaba el Ec. Calderón, todos gritaban sandeces.
Terminado el debate, nos retirábamos del teatro y mi tío nos dejaba a cada uno en nuestras casas.
Así eran esos tiempos políticos. Muy duros, pero con contendores que cada uno establecía sus ponencias para que el público asistente saque sus propias conclusiones.