Pongo en contexto el tema con el siguiente adagio popular: El que da pan a perro callejero, pierde pan y pierde el perro, y esto me hace recordar cuando el exmandatario Rafael Correa Delgado cuestionó el llamado voto nulo en 2021. Iza les recordó a ustedes las agresiones a los territorios indígenas, entre otras.
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El caso Sarayaku en 2011: el Estado violó el derecho a la consulta previa al permitir concesiones petroleras en el territorio indígena. ¡Ya se olvidaron!
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La persecución judicial a líderes indígenas y ambientalistas que tuvieron que enfrentar juicios sin pruebas plenas, cerrando la Fundación Pachamama en 2013. ¡Ya se olvidaron!
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Las protestas de 2015, lideradas por la Connie, que si bien no nos representa a todos los ecuatorianos, esas movilizaciones fueron contra el extractivismo salvaje de recursos minerales que produjo cientos de muertos. ¡Ya se olvidaron!
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¡Ya se olvidaron las denuncias de etnocidio en los conflictos mineros sin consulta previa en proyectos extractivos que generaron juicios internacionales con perjuicios millonarios contra el Estado!
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¡Ya se olvidaron en 2018 del ataque a los activistas por la lucha contra las petroleras que se llevan el petróleo al peso!
No quiero justificar actos vandálicos, pero miren el contexto completo y las causas de por qué se producen estos abusos de poder. Es la desatención de los gobiernos con egos deformados contra el sector indígena y sectores vulnerables. Y entonces concluyo que el verdadero enemigo de Ecuador no solo es el corrupto que roba, o el que vende su lealtad al mejor postor, o el que manipula tus mentes.
No se han puesto a pensar que el peor enemigo también es el votante sin memoria, sin criterio o pensamiento crítico, que una y otra vez entrega el poder a sus propios verdugos. Mientras sigan eligiendo verdugos y represores, el país seguirá condenado a la miseria. Ecuatorianos, no pueden olvidar que los votos no son endosables y que, sin libertad y con abuso del poder, el país retrocede.