Santa Teresa de Calcuta decía: “¿cuál es la felicidad más grande? El servir a los demás”. Preguntas a un “político” con “p” minúscula, ¿por qué participas en la política? La respuesta es “para servir a mi patria”.
Mientras madre Teresa, y muchos hombres y mujeres en el mundo unos canonizados y conocidos, muchos anónimos y desconocidos, pasan horas consiguiendo y dando comida al hambriento, ayudando con su profesión a curar enfermos, legalizar papeles, armar viviendas emergentes, educando en zonas difíciles. El político de saco y corbata, como de falda y traje de la moda pasan luchando por intereses particulares, consiguiendo favores para el dueño del partido o para amigos. Unos cuantos terminan en la cárcel, enjuiciados, o destituidos. Muchos siguen su estilo de vida o se van del país.
Lo cierto es que el concepto de servicio que maneja el político con “p” minúscula, es muy distinto al concepto de servicio que practican hombres y mujeres comprometidos con la humanidad sufriente. Unos por una causa trascendental, nace del fondo de su corazón pero va más allá de sí mismo, otros por la mera inmanencia de la realidad, hay que hacer algo por el necesitado pues el hombre y mujer bueno en cualquier época, sea de moral civil o religiosa practica la justicia, la bondad como expresión no solo de un corazón compasivo, sensible ante el sufrimiento humano, sino como expresión de que la verdadera naturaleza humana no es mala, hay una bondad radical que se practica sin esperar recompensa o que entiende que lo que nos hace excelentes no es el conocimiento, sino el grado de humanidad.
Cuando veo cada año fotos de bachilleres después de pasar 15 o 17 años en una institución o los años que haya pasado para conseguir su titulo de bachiller, me pregunto: ¿salen como dicen los documentos de perfiles de salida de sus instituciones educativas? Lo mismo me pregunto cuando veo esos bellos actos y de gran difusión mediática que hacen las universidades, ¿SALEN COMPROMETIDOS CON EL PAÍS?
El famoso relato del chanchito y de la gallina donde se preguntan ¿quién se compromete más en el desayuno de un café americano? ¿La que pone los huevos o el que pone el tocino? Querido joven, ¿tienes claro el compromiso que adquieres en el juramento de los bachilleres? O todo se reduce a una ceremonia emotiva de agradecimiento a padres y maestros, que se lo merecen, pero que no está claro el por qué se debe agradecer cuando muchos chicos aún no definen su carrera.
El perfil del bachiller en la Ley de Educación del país es sacar chicos justos, innovadores y solidarios. El perfil de la red de unidades educativas jesuitas es formar personas excelentes con las características de los 4c: conscientes, competentes, compasivos y comprometidos. Me pregunto, sin juzgar intenciones, sino analizando resultados ¿por qué muchos chicos migran a otros países y no quieren volver al país? No dedican horas gratis a los pobres en sus profesiones. Sino solo las que los colegios o universidades obligan en las vinculaciones comunitarias. Los colegios más sensibles tienen grupos de voluntarios en su año académico, desaparecen en vacaciones.
La Doctrina Social de la Iglesia, tiene claro que la mejor forma que tu fe, tus estudios, tu vida sea auténtica y buena es trabajar por el BIEN COMUN. Esto no quita el buscar bienes particulares e individuales, pero la realidad nos dice que la proporción del tiempo, energía y dedicación es prioritario lo individual ante lo común. Sin embargo, la misma Doctrina Social nos dice que la mejor forma de interesarse por el bien de todos es la POLITICA con “P” mayúscula. La buena política, la necesaria política. Papas como León XIII decía, que es “amistad”. Pio XI, la designa como “caridad social”, Paulo VI como la “civilización del amor”. Juan Pablo II, como “solidaridad por las cosas sociales”. ¿Podemos, entonces, bajar los brazos ante la mala política con “p” minúscula, cuando se fomenta corrupción, ineficiencia, errores, insensibilidad? (FT 176) ¿Cómo un bachiller, un nuevo profesional puede demostrar su compromiso con el país? Sería cuando:
-Se pasa del interés personal por el comunitario. Cuando se busca condiciones de vida digna para todos.
-Cuando se pone en marcha un proyecto de país, que beneficie a todos. Respete sus derechos y fomente los deberes.
-Cuando se construye fraternidad y se crece juntos. No hay cambio social sino es desde dentro y desde abajo.
-Cuando se consigue verdadera cercanía con los que sufren y no se quedan en meras teorías académicas, simples motivaciones coachs u orientaciones generales
-Pero, sobre todo cuando “se mira a los ojos”, hay contacto real con la gente.
-Urge fomentar más el DIÁLGO. Como dijo Paulo VI, en la Ecclesiam Suam 85: El Diálogo es un arte que lleva a la unión con verdad, con caridad, con inteligencia y amor. Por ello, se requiere claridad en el intercambio de pensamiento. Afabilidad, no ser orgulloso, hiriente. Confianza, y Prudencia Pedagógica, que tiene en cuenta las condiciones psicológicas y morales del que oye
Queridos educadores y jóvenes ¿tenemos claro el compromiso con el país en cada graduación? O ¿solo nos preocupamos por el marketing de cuántos graduamos’? ¿cuántos pasan exámenes a otras instituciones y nos olvidamos de la transformación del país?
PARA PENSAR
¿EN QUÉ PIENSA UN JOVEN CUANDO SE GRADUA?
Muchos en metas de corto plazo y compromiso. Pocos en lo contrario
¿CUÁL ES EL MAYOR COMPROMISO?
El trabajar por el Bien Común.
¿QUÉ ES LA POLITICA?
Hacer realidad el sueño de los pueblos