1 abril, 2025

Las fuerzas armadas deben depurarse

Pongamos un tema que hace unos tres años analicé en un video sobre la minería ilegal en mi provincia, Imbabura, en la población de Buenos Aires, denunciando el tráfico ilegal de oro en las minas, lo que generó escándalos sobre la descomposición ética y moral de toda la institucionalidad, llámese Prefecturas, Contralorías, Fiscalías y FFAA, que yo llamo «peajes».

Pasan los años y, en 2018, basándome en mis denuncias sobre el tráfico de oro en Buenos Aires/Imbabura, se empezaron a desmontar más de 100 estructuras criminales con la intervención de las FFAA.

En 2019, sentenciaron al jefe militar del circuito que estaba a cargo del control de estos negocios ilícitos, y este año se acaba de detener a un teniente coronel que estaba haciendo las mismas funciones que su antecesor, y no pasa nada.

Ese es solo un ejemplo de 100, para mostrar la implicación del tráfico y la explotación incontrolada, no solo del oro en Buenos Aires/Imbabura, sino en otras minas, cuyas autoridades hacen mutis, llámese Prefecturas, Contraloría y Fiscalías, que yo los llamo «peajes» contaminados con el nulo control de otros sectores en los puertos de Esmeraldas, Manta y Guayaquil, en el tráfico de droga que sale de Ecuador hacia Europa y EE. UU. Y esa es una de las justificaciones para solicitar bases militares o ayudas temporales de fuerzas especiales de países amigos, porque nunca se depuraron las FFAA ecuatorianas. Es decir, los enemigos del país no están afuera, están dentro de toda la institucionalidad del Ecuador. Los malos están adentro de los gobiernos de turno, denominados lobistas políticos, que manejan información privilegiada de toda la contratación pública y privada.

No hay duda de que el mundo contemporáneo, y en especial Ecuador, en este tiempo de quiebre del derecho y la moral pública, es un escenario complejo donde las injusticias y los conflictos se desarrollan desde las decisiones políticas, descartando la ley y la Constitución, donde los medios de comunicación y las redes sociales deberían desempeñar un papel crucial en la formación de la opinión pública, que a todo se va acostumbrando.

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