Esperábamos una confrontación y planteamiento ideológicos, producto de quienes están preparados en calidad de estadistas para gobernar el Ecuador. ¡Gran desilusión!
Escuchamos un bajo nivel de exposición de ambos aspirantes a la Presidencia. Contestaban lo que no les preguntaban y los dos eludieron las soluciones reales a los grandes y acuciosos problemas que nos ahogan. Incluso por parte de la candidata Luisa González hizo serias acusaciones sin respaldo, es decir simplemente manifestadas como verdades. Eso no es un juego limpio. A más de expresiones groseras e irrespetuosas.
La gran carencia que tenemos es la falta de confianza en el país y ninguno de los candidatos planteó cómo crear confianza, para incentivar a los inversionistas nacionales y extranjeros, a arriesgar sus capitales en el Ecuador. Nos quedaron debiendo explicar qué hacer, para que invertir en el país sea atractivo.
Después de todo si no hay confianza, no hay inversión; si no hay inversión, no hay trabajo, si no hay trabajo, hay pobreza y como consecuencia se fomenta la inseguridad, lo que como circulo vicioso, ahuyenta la inversión.
Ojalá que en los pocos días que quedan antes de las elecciones, podamos escuchar de parte de los candidatos, soluciones y la forma en que aplicarán estas soluciones.
Pues el debate estuvo vacío de conceptos y lleno de bla, bla, bla…
Ver mi análisis vinculante con este tema
Debate neutralizador
Lo peor de todo es que Luisa será electa.