Los resultados electorales de la primera vuelta nos ponen en esta disyuntiva, como única salida para los ecuatorianos: votar por D.N.A. para presidente de los ecuatorianos.
Hagamos el siguiente análisis (ejercicio): la señora Luisa González obtuvo en la primera vuelta un 44% de los votos válidos, y para la segunda vuelta le pueden sumar los votos obtenidos por el dirigente Iza, como candidato a la presidencia de la República, en representación de la CONAIE, organización política que se encuentra sumamente dividida y más bien están a favor del candidato-presidente D.N.A., tanto en la serranía como en el oriente ecuatoriano, como en Santo Domingo de los Tsáchilas. Con lo cual podría adicionar un 2% adicional como mucho.
Por otra parte, al candidato-presidente D.N.A. le quedan por recuperar los votos de quienes votaron en blanco, los que anularon el voto o no se acercaron a votar, más o menos un 30% de los votantes.
En realidad, al candidato-presidente le quedan muchos más votos por captar, de entre un segmento de la población, de entre los 18 hasta los 65 años, que bien podrían votar por D.N.A. y ya no por la señora Luisa González, al conocer como se ha venido conociendo en días pasados, todas las artimañas del correísmo para obtener las posiciones en los organismos públicos que le hubiesen facilitado al correísmo regresar al poder. Sabiéndose como se sabe que están alineados y manejados desde el exterior por su tutor y mentor, el expresidente Correa.
Es ahí, en ese sector etario, en el que el presidente Noboa Azín podría obtener los votos suficientes para lograr holgadamente su victoria electoral.
Reflexiona bien, elector ecuatoriano. No desperdicies tu voto y haz del ejercicio del civismo (votar) un acto de justicia en bien de tu país, bien que tú sí quieres que se revierta en tu país y no en otras opciones, como aquellas a las que está ligada su opositora Luisa González a través del correísmo que la auspicia y que la impulsaría posteriormente a realizar, en el supuesto no consentido, ganar las elecciones.
Bien podríamos los ecuatorianos, independientes políticamente hablando, convertirnos en agentes de cambio y hacer campaña desde donde estemos o vivamos por el candidato-presidente, corriendo la bola de persona a persona, con amigos, familiares y, sobre todo, con desconocidos, para crear conciencia de país, azotado como está por la delincuencia organizada y por el narcotráfico. Sin dejar de mencionar la naturaleza, que también ha contribuido a destruir sectores de viviendas y carreteras de algunas provincias del Ecuador.