Cuando era niña, sufrí bullying, algo que casi me cuesta la vida. Todo por personas que no entendían —como ya sabemos— que tener una discapacidad no es culpa de nadie.
En la sociedad en la que vivimos, tener un carnet de discapacidad trae muchos beneficios, pero también tiene su lado difícil. No siempre basta con mostrarlo; a veces te exigen pruebas físicas o exámenes para verificar tu condición.
Desde pequeña, enfrenté mucho rechazo por mi discapacidad. Aprendía algunas cosas más lento que otros niños y, además, tenía un problema visual. En algunos lugares, te dan trabajo solo por tener el carnet, no porque reconozcan tu talento o habilidades, sino únicamente por tu condición.
Tener déficit de atención o cualquier otra discapacidad no es algo malo. Ojalá viviéramos en un mundo sin bullying, donde nadie te etiquete por cómo te vistes, hablas, piensas o por tus gustos.
Esta es mi forma de pensar. Hoy, más que nunca, es importante reflexionar sobre por quién votamos en las próximas elecciones. No se trata de un partido u otro, sino del futuro de nuestra juventud. Espero que Ecuador avance, que sea un país donde podamos caminar con libertad, sin ser juzgados por tener una discapacidad o portar un carnet.
Siempre les digo a las personas: trátame bien porque soy un ser humano.
Quiéranse tal como son y recuerden que, incluso en la oscuridad, siempre hay una luz. Tengo 25 años y espero que mis palabras les ayuden a seguir adelante. Siempre con respeto. ¡Gracias!
Excelente Karina, asi es no sabemos ser tioerantes y respetar a cada quien y apoyarla cuando necesiten