18 abril, 2025

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad: A Real Pain

En la película A Real Pain, el actor Kieran Culkin se llevó el Oscar por su destacada interpretación de Benjamín, un hombre judío de unos cuarenta años que, junto a su primo, decide viajar a Polonia para explorar el lugar de origen de su abuela. Benji, como le llaman, es un personaje carismático, extrovertido, lleno de energía y con un sentido del humor que conquista a todos a su alrededor. A lo largo del viaje, se muestra como un hombre sociable, siempre dispuesto a ayudar y hacer propuestas para disfrutar de cada momento con los extraños que comparte el tour.

Benji parece tenerlo todo: es simpático, agradable y tiene la capacidad de conectar con las personas. Sin embargo, detrás de esa fachada de seguridad y optimismo se ocultan las sombras de un hombre que lucha con sus propias sombras. De manera intempestiva, sus emociones se desbordan, y se ve envuelto en episodios de enojo extremos que incomodan a aquellos que lo rodean. Lo más alarmante es que Benji no tiene consciencia de estos estallidos emocionales. Al ser confrontado, simplemente no recuerda lo sucedido, como si no registrara en su memoria lo ocurrido hace pocos momentos.

La película muestra la vida de Benji, quien no ha logrado tener el mismo éxito que su primo. Mientras su primo tiene un trabajo estable, está casado y tiene una familia, Benji parece estar atrapado en una espiral sin futuro. Vive en el sótano de la casa de sus padres, sin un trabajo claro, con problemas de consumo de marihuana y, trágicamente, con un intento de suicidio en su pasado. A través de su historia, A Real Pain pinta un retrato de lo que podría ser una persona que vive con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no tratado.

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que afecta tanto a niños como a adultos. Si bien sus síntomas suelen manifestarse desde temprana edad, su impacto no desaparece con el tiempo. En muchos casos, los síntomas continúan afectando la vida del individuo en la edad adulta, aunque pueden presentarse de manera diferente. Benji es un claro ejemplo de cómo el TDAH no tratado puede influir en las relaciones personales, el rendimiento laboral y la estabilidad emocional. Su comportamiento impulsivo, sus dificultades para mantener el control de sus emociones y sus problemas con la dependencia de sustancias son todos indicadores de un trastorno que ha sido ignorado o no tratado adecuadamente.

El TDAH no tratado puede traer consigo graves consecuencias. Como suelo explicar a los padres, el tratamiento adecuado del trastorno tiene efectos positivos en las funciones ejecutivas, regulación de emociones y mejora del comportamiento. Sin embargo, los efectos negativos de no tratarlo son devastadores. Las personas con TDAH sin tratamiento tienen mayor riesgo de sufrir depresión, ansiedad, y problemas en las relaciones sociales y familiares. Además, el consumo temprano de drogas, el bajo rendimiento académico y un mayor riesgo de accidentes de tráfico son solo algunos de los peligros asociados con el TDAH no tratado. De hecho, estudios recientes han demostrado que las personas con TDAH sin tratamiento pueden perder hasta siete años de vida debido a los riesgos de muerte asociados a la condición.

Sin embargo, no todo es sombrío. El tratamiento del TDAH puede ser transformador. Como les suelo decir a mis pacientes, cuando el TDAH se maneja adecuadamente, puede convertirse en un “superpoder” que les permite aprovechar su creatividad, energía e impulsividad para alcanzar grandes logros. Un TDAH bien tratado con medicación puede ser la clave para el éxito, mientras que un TDAH no tratado puede convertirse en lo que Benji experimenta: un “real pain”, una carga que afecta cada área de su vida.

La película A Real Pain, aunque cargada de momentos cómicos y ligeros, es también una reflexión sobre las dificultades que muchas personas con TDAH enfrentan, especialmente cuando su condición no es manejada a tiempo. Quizás si Benji, desde niño, hubiera recibido el tratamiento adecuado por parte de un médico especialista en Psiquiatría de la Infancia y Adolescencia, su vida habría sido completamente distinta. Si se hubiera diagnosticado y tratado su Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) a una edad temprana, es posible que hubiera podido desarrollar las herramientas necesarias para manejar sus impulsos, emociones y dificultades académicas. Esto, a su vez, podría haberle permitido tener una vida más estable, alcanzar sus metas profesionales, disfrutar de relaciones más saludables y, en general, evitar los momentos oscuros que definieron su vida adulta.

La historia de Benji no solo resalta los desafíos que presenta el TDAH no tratado, sino también el enorme potencial de cambio y crecimiento que se puede lograr cuando se brinda la atención adecuada. El tratamiento adecuado con medicación no solo mejora la calidad de vida, sino que transforma lo que podría haber sido un “real pain” en una historia de éxito.

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