Dos Puntos de Vista
Últimamente se han producido dos hechos que merecen un necesario comentario.
El primero se refiere a una semblanza del Guayaquileño, y el segundo a hechos
de verdadero salvajismo cometido, al parecer, por infiltrados que queriendo
celebrar el Aniversario de Fundación de uno de los equipos deportivos de esta
ciudad, cometieron atropellos en contra de los monumentos, parques y jardines
de Guayaquil.
1. LA SEMBLANZA DEL GUAYAQUILEÑO: El ex Presidente de la Asamblea
Nacional, en entrevista difundida por un Canal de Televisión, y refiriéndose
a la forma de actuar de los Guayaquileños, manifestó que el nativo de esta
ciudad era muy franco, impulsivo y que eso le hacía cometer, en ocasiones,
expresiones muy fuertes en contra de sus opositores, por lo que él creía
eran sus opositores, en pocas palabras daba a entender que tendía a
utilizar expresiones peyorativas. Esa afirmación es totalmente falsa, pues, tal
característica no corresponde a la realidad. Tanto es así que basta recordar
al Padre Aguirre, que en las Décimas a Guayaquil, textualmente decía así:
“Manantial de gente amable, cortés, discreta y afable”. O recordar a
Numa Pompilio Llona, Wenceslao Pareja, José Joaquín de Olmedo, Pedro
Carbo, Francisco Campos Coello, Vicente Piedrahíta, el Maestro Historiador
Pedro José Huerta y muchísimos otros más que siempre exhibieron un
lenguaje culto, refinado y lleno de respeto para la sociedad en que vivían.