El Gobierno ecuatoriano pidió ayer a la embajadora de Estados Unidos, Heather Hodges, que abandone en el menor tiempo posible el país, a la vez que se la declaró persona no grata. Por otro lado, la Cancillería señala que esta decisión es una consecuencia a un cable de Wikileaks en el que se revelan supuestos actos de corrupción al interior de la policía nacional ecuatoriana.
Ante esta expulsión creo necesario realizar las siguientes reflexiones:
Los Embajadores son aquellos funcionarios enviados por el Jefe del Estado para representar a su país frente a un gobierno extranjero. El tratadista Armando Pesantes García menciona en su libro “Las Relaciones Internacionales” que “mucha controversia se ha desarrollado entre los filólogos con respecto al origen de la palabra embajador, que tipifica al jefe de misión de primera categoría. Abraham de Wicquefort en su obra destinada a tratar “Del Embajador y sus funciones”, suministra una versión al parecer fantástica y forzada, al pretender hacer derivar ese vocablo de enviar, supuesta palabra castellana, que en todo caso sería enviar. Mucho mayor es la tendencia científica a aceptar que su origen debe encontrarse en el gótico andbahti, proveniente a su vez del galo ambactos que significa servidor. La palabra ambasseor se encuentra por primera vez en su acepción moderna en Brunetto Latini, el polígrafo italiano del siglo XII y maestro de Dante, luego aparece como ambaissador en una forma provenzal, de la que se transforma en ambasciatore en italiano, pasando al francés como ambassadeur, al español como embajador, al portugués como embaixador, al ingles como ambassador.”