El temor a Aprender
Es increíble cómo funciona el ser humano. Nos levantamos siempre con ansias de un día increíble, un día ganador, pero la realidad es que esto no siempre es factible.
Hacemos planes, propuestas y delineamos acciones, pero no siempre las concretamos y en muchos casos nos alejamos tanto de nuestra meta que hace falta crear un millón de excusas para sentirnos cómodos con nosotros mismos.
Es gracioso verlo desde afuera. ¿Quién dijo que ganaríamos todas las batallas?
La verdad es que nos hemos olvidado, que cuando niños, tuvimos que caer para aprender a pararnos y resbalamos una y otra vez para poder dar nuestros primeros pasos y así también marcamos nuestras rodillas y codos al emprender el reto de montar una bicicleta. En el colegio aprendimos a la fuerza que la organización es gran parte de la nota y que prestar atención nos ahorra horas de quemar pestañas cuando la presión de los exámenes llega. En el trabajo siempre recibimos un par de llamados de atención antes de entender cómo mismo funciona este nuevo mundo en el que nos metimos y ni siquiera hablemos de lo duro que se hacen los primeros pasos de una relación.