24 noviembre, 2024

Tolerancia = Revolución

Una pregunta que en forma recurrente me formulo es aquella que tiene que ver con los elementos que permiten identificar cuándo se está ante un proceso social verdaderamente revolucionario. La historia nos […]

Chaparrón

Mientras veía caer la lluvia pensaba…«Y la lluvia caerá, luego vendrá el sereno…». Pero a medida que el chaparrón se incrementaba, notaba que ningún sereno venía, mas sí una iracunda marcha de […]

Fracaso Colectivo

El pasado 8 de marzo se celebró el Día Internacional de la Mujer y en ocasión de la conmemoración la Secretaria General Adjunta y Directora Ejecutiva de ONU Mujeres hizo una importante […]

Código de Procesos

Se encuentra listo para el segundo debate en la Asamblea Nacional el proyecto de Código Orgánico General de Procesos el cual, según manifiesta el propio texto, tiene “una gran influencia del Código de Procesos de Uruguay”.

Como es conocido, Uruguay posee desde 1989 un Código General del Proceso, que en un principio, pese a la negativa de muchos reconocidos juristas, absorbió también al proceso laboral, lo cual con el tiempo generó grandes fallas y complicaciones.

A partir de 2006, la doctrina laboral, con la fuerza intelectual del jurista Óscar Ermida Uriarte y del profesor emérito Héctor Barbagelata, logró la aceptación de separar del Código General del Proceso a la materia laboral, pues la doctrina universalmente reconoce su autonomía. En 2013 el código uruguayo fue actualizado sacando a los procesos laborales, los cuales hoy se encuentran coherentemente normados por una ley especial que se inspira en sus propios principios, como el Pro Operario.

Frontera de Cristal

El fenómeno de la globalización, como lo conocemos, ha formado un impacto en la vida económica de las naciones por ser asimétrico y desigual, y no solo para las regiones sino también para ciertos grupos sociales que se debilitan frente a otros, aumentando las desigualdades preexistentes.

Con las compañías multinacionales apreció otro fenómeno, el de la “deslocalización” de los puestos de trabajo, que es el traslado al extranjero de ciertos trabajadores para reducir costos laborales o para beneficiarse de exenciones tributarias.

En temas laborales siempre ha existido un techo de cristal, que es un límite invisible que tienen las mujeres, que les impide llegar a cargos superiores, destinados solo para los varones.

Gerontofilia

Quién no ha escuchado aquella afamada canción de José José titulada “40 y 20”? Hoy resulta que esa diferencia de edad va más allá de lo romántico e inclusive algunos la consideran una enfermedad llamada gerontofilia. La palabra proviene del griego geron (anciano) y philie (amor), y se dice que consiste en la búsqueda de una pareja sexual mucho mayor de su edad.

La gerontofilia está clasificada dentro de las parafilias y se refiere a comportamientos sexuales diferentes de los normales. Tiene dos variantes: alfamegamia, que es la atracción por un hombre extremadamente mayor y la matronolagnia, la atracción hacia una mujer extremadamente mayor. Esta patología no esta socialmente aceptada en muchos países, pero en Europa tiene ya cierta aprobación. Sin embargo, nos preguntamos ¿cómo se llama la patología del muy mayor a quien le gusta la extremadamente joven? No hay respuesta concreta.

La infidelidad

Infidelidad sexual vs infidelidad emocional

Nada más interesante para un día domingo que leer cosas fatuas y banales. Ahora me puse a leer sobre la infidelidad, la cual ha evolucionado en los últimos años a la par de la globalización y bajo los parámetros de la posmodernidad, sobre todo en cuanto al debilitamiento de la ley, la falta de ideología y compromiso. Antes era potestativa solo de ellos, hoy ellas lideran también.

Desde el punto de vista evolutivo, históricamente se decía que los hombres eran los más predispuestos a la infidelidad, por esa necesidad inexplicable de querer dejar “su semilla en la mayor cantidad de hembras posibles”, para así aumentar su “virilidad”, a diferencia de la mujer, que lo que buscaba siempre era estabilidad y seguridad.

Arrivederci

El 1 de agosto del 2014, el diario El País Internacional de España, publicó un artículo titulado “La justicia en Ecuador ensaya un lavado de cara ante su mala fama”. En él se hacía alusión a que el listado de jueces que dejarán su sillón en enero del 2015 todavía era una incógnita, mencionando que se temía que magistrados que han sido cuestionados, estén en la cuerda floja, como Johnny Ayluardo Salcedo, quien dictaminó la libertad de la líder de la Unión Nacional de Educadores, Mery Zamora.

El diario español fue adivino, pues el referido magistrado salió de la Corte Nacional de Justicia. ¡Crónica de una muerte anunciada! Resulta curioso que los magistrados que han salido son casi todos de la sala penal y los que se han quedado tienen en su mayoría más de 22 años en la Función Judicial. La comisión que los evaluó parece que no consideró los títulos obtenidos por los magistrados, al evidenciarse que jueces que no tienen ni una sola especialidad, están por encima de aquellos que tienen estudios de maestría.

CNE

El Consejo Nacional Electoral (CNE) no deja de sorprendernos, a pesar de las sorpresas, no gratas por lo general, que nos da. Tras la sorpresiva renuncia de la nueva vocal seleccionada en un concurso de méritos y oposición -a quien, por cierto, se la denunció por estar afiliada a un partido político y no desafiliarse antes de su posesión, cuando tenía la obligación de hacerlo-, el presidente de dicho organismo, en un acto de inimaginable democracia, puso a consideración su cargo. Más rápido de lo esperado, se dio la renovación del pleno del CNE y la designación del Dr. Juan Pablo Pozo como presidente. Este cambio ineludiblemente traza nuevos y complejos retos, que transcienden al fortalecimiento institucional del CNE, para promover la formación cívica y democrática de la ciudadanía y las organizaciones políticas, con miras a que las elecciones generales de 2017 sean innovadoras, transparentes, confiables y con mínima o nula conflictividad.

Femicidio

El año nuevo empezó con conmoción en Ecuador, Sharon “La Hechicera” falleció. Su muerte sigue siendo un enigma y la policía sigue investigando. La fiscalía ha formulado cargos por la muerte de la popular cantante y uno de los sospechosos es su pareja, a quien se dictó prisión preventiva. Todos hablan del tema en el país, las redes sociales están saturadas. Algunos hablan de femicidio, otros de homicidio culposo.

El femicidio, según el Código Orgánico Integral Penal, es dar muerte a una mujer como resultado de relaciones de poder, manifestadas con cualquier tipo de violencia. Si el presente caso se trató o no de un femicidio, solo el juez lo dirá, pero lo cierto es que Sharon tenía una boleta de auxilio en contra de su pareja, por antecedentes de violencia intrafamiliar. Cabe entonces la pregunta: ¿cuál es la protección que las autoridades le brindan a una mujer que posee en su poder una boleta de auxilio?

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