Historia del hombre que lanzó su lengua al viento
El presidente salió a dar un paseo en bicicleta. Su recorrido lo inició alrededor del palacio, luego rodeó la plaza grande, y salió por la Av. Nueve de Octubre. En la esquina habló con tres mujeres del pueblo, que se encontraban vendiendo al pie de la estación de la metrovía caldo de tronquito, caldo de salchicha y sopa de cueros al sol y se dirigió por la 25 de Julio, laaaaargo hasta el puente que une con la isla santay- la puntilla- los samanes; en la bicicleta, dale que dale. En el puente pregunta por el salón panchana y lo llevan hasta el set de “Ecuador tiene talento”. Aprovechando la presencia del presi, lo quieren hacer bailar con la W. pero huyó como bestia que se lo lleva un salvaje, porque ella le puso una cara de diabla. Se detuvo, y se vio como un revolucionario cansado. Miró a una multitud de estudiantes del Mejía y el Montufar que no lo alababan, jóvenes estudiantes de corazones ardientes y redondas piedras, compañeros y compañeras, identificados con otra fascinación. Se acercó con su paso de Presidente, que es el paso del poder y sin embargo, la multitud lo ignoró. Es que miraban al hombre que es capaz de arrancarse la lengua de la boca, lanzarla al viento y ordenar que regrese a su boca.