Perdón Sra. Jessica, Perdón
¿Cuál fue el pecado grande qué pudo haber cometido esta joven mujer a quien el padre de sus hijos al intentar matarla le corto las manos?¿cuál fue su maldad para que este salvaje individuo le haya cercenado las manos?¿qué fue lo que ella hizo? Pero acaso ¿hizo algo ella?
Este brutal ataque demuestra una vez más que la mujer en nuestro país esta desamparada ante tantas ideas de supuesta superioridad masculinidad. Los hombres seguimos dominando, no hemos aprendido a amar, tememos al amor y solo sabemos que con la mujer lo importante es el placer, el dominio, mantenerla, los hijos. No nos podemos someter a ellas, el sometimiento es debilidad y los hombres no podemos ser débiles. Las relaciones afectivas hombre-mujer están marcadas por la debilidad: no para aprender a amar y vivir con libertad y creatividad.