Reorientar la vida (Segunda semana de adviento)
“El Buda Kamakura estuvo alojado en un templo hasta que, un día, una gran tormenta echó abajo dicho templo. Desde entonces, la enorme estatua estuvo durante años expuesta al sol, a la lluvia, a los vientos y a las inclemencias del tiempo. Cuando un sacerdote comenzó a recaudar fondos para reconstruir el templo, la estatua se le apareció en sueños y le dijo: Aquel templo era una cárcel, no un hogar. Déjame seguir expuesto a las inclemencias de la vida, que ese es mi lugar”. (Tonny de Mello sj, Oración de la Rana, 1988).
En estos cuatro domingos de advientos, vamos por el segundo, queremos reflexionar sobre el sentido de nuestros actos religiosos, sobre el sentido de nuestra vida que es la razón de ser de nuestros actos, sobre la actitud de fondo que impulsan nuestros deseos, anhelos que adquieren una forma en la oración, la devoción, la espiritualidad que se vive o se debe vivir en estos tiempos.